Los objetivos de tal estrategia son dos. Primero se trata de desgastar al Gobierno socialista. Esta es siempre la meta primordial en la acción política del PP. Las encuestas les dan como ganadores, los márgenes demoscópicos superan los diez puntos, y ya han conquistado el mayor poder territorial que jamás acumuló organización alguna en democracia. Pero no se fían. Sobre todo no se fían de la capacidad de recuperación de los socialistas. Ahora miran a Rubalcaba y les entran los sudores. Quedan unos meses para las generales y la ansiedad apremia. Y la ansiedad siempre conduce a la derecha por el mismo camino: la crispación y la radicalización. Hoy es el supuesto agujero negro de las cuentas públicas, ayer era la supuesta incapacidad de España para pagar sus deudas, la semana anterior fue la supuesta connivencia entre socialistas y terroristas. Es la política de tierra quemada. Como dice Rubalcaba, “prefieren volar el edificio con tal de quedarse con el solar”. Pues eso. Buscan dejar España como un solar. Para quedárselo.

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