Me consta que los datos de audiencia del programa La Tarde Aquí Ahora, que dirige Juan y Medio y se emite en Canal Sur, la televisión autonómica andaluza, son un dolor de barriga para los programadores de A3Media y Mediaset. Esas 2,5 horas de emisión vespertina son la aldea gala que la televisión comercial no ha podido conquistar. Al contrario, ha exportado el modelo a otras televisiones, como es el caso de En Compañía emitido por Castilla-La Mancha TV de lunes a viernes, producido por Indalo y Media (la productora de Juan y Medio y sus socios) y presentado por Ramón García y Gloria Santoro.​

En Andalucía, el programa lleva 15 años generando contactos a partir de las historias personales de quienes buscan compañía, especialmente mujeres y hombres del ámbito rural andaluz, con relatos de vida muy duros y, a menudo, llenos de silencios que evidencian las carencias de las generaciones que nos precedieron y que muchos se atreven ahora a derribar, a la búsqueda de un compañero o una compañera.

El tópico de la Andalucía Profunda y el huir de los fantasmas del pasado se ha asentado en muchos discursos de quienes viven en las grandes ciudades andaluzas e, incluso, se trata con sorna y desprecio al programa que, como ha dicho el propio Juan y Medio, algunos han llegado a considerar “el lugar de los viejos verdes y las abuelas cachondas”. Basta con ver un día el programa para derribar esta visión simplista e hipócrita. Ahí están nuestros padres y nuestros abuelos, gracias a los cuales la vida nos es más fácil hoy. Con Juan y Medio se sinceran y sonríen.

Algo de mérito tendrá cuando Jordi Évole le ha llevado a su programa, en La Sexta, como muestra evidente de un trabajo de 15 años cuyo modelo se retroalimenta, porque la demanda de quienes quieren sentarse allí aumenta día a día. Como la historia de Paco y Juan Carlos, que se conocieron en el plató y se enamoraron a sus 70 años. Ellos han vivido su homosexualidad oculta durante gran parte de su vida y ahora viven con normalidad en Aznalcóllar (Sevilla).

¿Dónde creen ustedes que debería ir la Junta de Andalucía a promocionar la vacunación a la Tercera Edad, anunciada por el presidente Moreno y Feijóo en Córdoba, en su particular campaña electoral adelantada? Pues dénle 10 minutos a Juan y Medio y su compañera Eva Ruíz y verán cómo se disparan las peticiones en toda Andalucía.

Afortunadamente, los tiempos están cambiando. Fue en diciembre de 1997 cuando Ana Orantes desveló al público de Canal Sur la violencia que sufría desde hacía muchos años de manos de su marido, en el programa antecesor del actual, con Inma Soriano al frente. Aquello acabó con una muerte brutal que, al menos, sirvió para derribar muchos muros de silencio.

Hoy, los hombres y mujeres que van al programa de Juan y Medio lo hacen con cierto miedo, pero, sobre todo, con esperanza. En los tiempos en que vivimos tengamos la valentía de admitir que es una herramienta inmejorable en este océano de soledades. Y esos andaluces, nuevos ricos y urbanos, deberían tener más humildad y empatía hacia quienes nos precedieron en el camino, porque ellos nos lo hicieron más cómodo y transitable.

La Andalucía Profunda encierra, todavía, muchos secretos y muchas sorpresas que merece la pena descubrir, desandando los pasos de nuestros abuelos y abuelas, que también tienen todo el derecho a disfrutar de los buenos momentos de la vida, que les fueron sustraídos durante docenas y docenas de años. Pongan Canal Sur a partir de las 3 de la tarde, que Juan y Medio les puede sorprender.

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