Más de 200 leyes aprobadas con amplio consenso. Trabajo conjunto con los sindicatos y la patronal para llegar a acuerdos de país. Plasmar en el BOE las demandas ciudadanas, desde la escucha activa hasta la definición de los proyectos. Estas son algunas de las líneas que se han seguido desde el Gobierno y desde el Grupo Parlamentario Socialista para dar respuesta a las demandas ciudadanas.

Trabajo responsable y riguroso que nos ha permitido tener la tasa de paro más baja en un mes de abril desde 2008, tener un mínimo histórico de paro juvenil o tener 20,6 millones de personas trabajando. Dedicación plena hacia la ciudadanía, hacia aquellas personas que esperan de nosotros soluciones a sus problemas y no bombas de humo que puedan generar nuevos conflictos.

La derecha española (sea ultra o sin, supuestamente, serlo) se está escorando hacia posiciones extremadamente peligrosas de confrontación y deslegitimación del oponente político. Para que me entiendan, esa frase tan típica de: difama que algo queda. ¿Y saben lo preocupante? Ciertamente algo queda. Queda el engaño constante que algunos quieren ejercer sobre la ciudadanía. Utilizándolos en su propio beneficio, generando odio y desprecio, en lugar de buscar una sociedad cohesionada y justa.

Es evidente que es su manera de hacer. Cuando la derecha no tiene argumentos reales o no tiene ninguna alternativa factible para solucionar los problemas de la gente, busca el miedo. Miedo a que la mujer esté incorporada en el mercado laboral, miedo a los diferentes colectivos, miedo al que es diferente y en general miedo a casi todo lo que no comparte esquema físico y mental con lo que ellos piensan. Miedo y frustración como forma de hacer política. Malos compañeros de viaje y pésimas medidas para construir un país del siglo XXI.

Porque mientras el presidente del Gobierno aprueba el aumento de las pensiones, sube el Salario Mínimo Interprofesional, da luz verde a la mayor partida de becas de la historia o incrementa los derechos, la derecha española hace el ridículo semana tras semana llegando a intentar deslegitimar a un Gobierno al no dejar que sus representantes estén en la tribuna de autoridades en un acto oficial.

Cuánto miedo debe tener la derecha de los ministros del Gobierno de Pedro Sánchez cuando la única estrategia que se les ocurre para contrarrestar sus medidas es intentar esconderlos para que nadie los vea. Lo ridículo del asunto es que la señora Ayuso y todo el Partido Popular están siendo víctimas de su propia política del miedo. Tanto miedo tienen al debate real y justo, que buscan el descrédito, la no legitimación o las fake news para combatirlo. Tanto miedo quieren generar, que incluso les está amordazado a ellos mismos y les hace demostrar un día sí y otro también sus propias debilidades.

Cuando la derecha no es capaz de aportar nada a este país, intenta destruirlo, importándoles muy poco las personas, empresas y entidades que vivimos en él. Contra la política del miedo, la parálisis y el retroceso de la derecha, esperanza, transformación y derechos, que es por lo que los y las socialistas luchamos cuando gobernamos.

 

Sandra Guaita

Diputada del PSOE