No se hubiera, por consiguiente, enriquecido escudándose en el Rey y en sus familiares más directos. Ni se hubiera convertido en un multimillonario de no exhibir sus estrechísimos vínculos con el palacio de la Zarzuela. ¿Estaba el monarca al corriente de las andanzas del marido de la Infanta Cristina? La periodista Pilar Urbano, que se ha especializado para bien o para mal en la Monarquía, afirma que hacía algunos años que Juan Carlos I lo sabía. Pues bien, de ser cierta la aseveración de Urbano, el Rey habría sido cómplice de tan turbio asunto por no dar un puñetazo sobre la mesa y enviar a su yerno al averno o al juzgado de guardia.

Las de Villadiego
A día de hoy, el Rey y sus más allegados han optado por el silencio y la opacidad, mientras que ni siquiera se han tomado medidas cautelares y preventivas por parte de la Justicia para evitar que se pierdan o desaparezcan pruebas. ¿Y si le da al duque por tomar las de Villadiego y huir de la quema? La opinión pública observa con estupor creciente lo que está sucediendo en España. En medio de personajes rebosantes de sospechas de corrupción, como Jaume Matas y Francisco Camps, entre otros, la foto de Urdangarin levanta la rabia de los ciudadanos honrados, que son muchos.

¿Qué miedo hay todavía a los borbones?
Los dirigentes del PP y del PSOE no abren la boca respecto a Urdangarin. No están actuando a la altura de las circunstancias. Están dando la razón, en este caso, a los indignados del 15-M. ¿Qué es esto? ¿Qué miedo hay todavía a los borbones que ni Rajoy, aupado a la Presidencia por millones de votantes, se ha pronunciado exigiendo transparencia total en tamaño escándalo? Tampoco lo ha hecho Alfredo Pérez Rubalcaba. Lamentable. ¿La cúpula del PSOE es incapaz -aun recordando los aspectos positivos de esta Monarquía constitucional, que los hay y son muchos- de advertir a la Corona que el mutismo y las tinieblas acaban siendo siempre letales para quienes practican el oscurantismo?

Tiempo al tiempo
Lo escribimos en ELPLURAL.COM recientemente. La Monarquía ha cumplido bastante bien con su deber y el juancarlismo aún dispone del fervor de no pocos sectores de la sociedad española. Pero tales sentimientos van a la baja, como demostró hace algún tiempo el mismísimo CIS. Si el Rey reacciona con fibra y con talento y el Príncipe Felipe transmite sin tapujos a los ciudadanos, a los fiscales y a los jueces que nadie, ni su cuñado, ha de estar por encima de la ley, la Monarquía superará su crisis. De lo contrario, antes o después, llegará la III República. Tiempo al tiempo.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM