Empieza el baile. Esa es la frase que dicen en los mentideros políticos que fue la que dijo hace un tiempo Pedro Sánchez cuando hizo una remodelación de gobierno, y creo que volvemos a estar en esa casilla.
Esta semana hemos asistido a una nueva demostración de política ajedrecista de Pedro Sánchez a la cual ya nos tiene muy acostumbrados. Pedro Sánchez ha dicho NO. Que España bajo su presidencia no va a subir el gasto militar al cinco por ciento sino que lo mantiene el 2,1% del PIB de nuestro país, marcando un perfil socialdemócrata porque antepone la protección de los servicios públicos a los intereses en esa otra materia aduciendo que el porcentaje mencionado es suficiente para cumplir con los objetivos de la OTAN.
Y esto ha desatado la cólera de los extremos (Partido Popular, Vox, Podemos) y de Donald Trump, el Rey de todos ellos.
La audacia de Pedro Sánchez sólo está reservada para los elegidos, para los mejores, sí…y la gloria también.
No soy demasiado mayor, pero viví las hazañas de Miguel Indurain en los años noventa cuando ganó en cinco años cinco Tours de Francia y dos Giros de Italia. Pues bien, Pedro Sánchez es como “Miguelón”: todos los gallos del corral le atacan y él sigue sentado en su sillín como si nada y lo que pasará es como le pasaba al gigante de Villaba y es que terminará ganando la general (o sea, las elecciones generales).
Pero antes de todo esto, los propios (Emiliano García-Page a la cabeza) y extraños (Feijoó, Abascal, Pablo Manuel Iglesias Turrión, Ione Belarra, Irene Montero y demás grotescos personajillos), se quedan rabiando aunque esta vez, sin que sirva de precedente, el presidente castellanomanchego se la ha tenido que envainar y reconocer algo incontestable y es que sin ese aumento de la inversión (o del gasto, según prefiera el lector) en Defensa, queda aún más margen para poderlo invertir en políticas sociales (Sanidad, Educación, Dependencia, Pensiones) en las que las comunidades autónomas precisamente son las que tienen las competencias a excepción de Pensiones y Dependencia.
