Quisimos retomar la historia después de una dictadura donde lo humano fue arrojado a un estercolero. Las dictaduras son estatuas de sal. No tienen pasado. Pero sobre todo no tienen futuro. Lo abortan cada vez que empuja para nacer. Lo prohíben los dictadores.

Salimos de aquel entonces y estamos en este ahora. Hicimos una transición, ¿pero hacia dónde? Hacia donde se pudo. Es la respuesta de los que allí estuvimos. Pisábamos sables. Llevábamos tejeros en la espalda. Se atrevió Suárez con el comunismo. Era más hermoso con peluca. Se acurrucaron Carrillo y Pasionaria. Estaba Fraga degustando la calle en las aceras. Felipe era el Isidoro de las etimologías por Sevilla, pasante de José Julio. ETA dictatorial mataba al amanecer como Franco opresor. O al atardecer para fusilar los crepúsculos y dar respaldo a uniformes siempre dispuestos a luchar por el bien de la patria.

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