En las elecciones de Renania del Norte-Westfalia de hace tan solo dos años los socialdemócratas del SPD y los democristianos de la CDU empataron. Concretamente la derecha sacó una décima a los socialistas en este land de secular predominio socialdemócrata.

Apoyada por los verdes y otra izquierda, su líder regional, Hannelore Kraft, una mujer de empeño, logró constituir un gobierno de izquierdas que se vino abajo al no poder aprobar los Presupuestos y tener que convocar elecciones anticipadas.

Ante esta contingencia Ángela Merkel movió pieza y colocó como candidato a una de sus manos derecha, el ministro de Medio Ambiente federal , Norbert Rötgen. Una apuesta clara por desbancar a los socialdemócratas y emitir un mensaje nítido y claro del futuro triunfo conservador de la canciller en las próximas elecciones generales.

Para mayor abundamiento Rötgen sacó pecho y defendió las medidas de austeridad de Merkel, proponiéndolas para el land y convirtiendo la restricción en cartel electoral y propuesta de cabecera.

Así, los trece millones de votantes de Renania del Norte-Westfalia pudieron elegir, sin imposturas, entre un programa claro del gobierno regional saliente y las propuestas de la oposición que defendía el gobierno federal. No cabían engaños, un examen a un gobierno regional saliente y una prueba al gobierno federal presente. La mejor de las encuestas.

El resultado ha sido que, de aquel empate de hace dos años, nos encontramos con el hecho de que el SPD obtiene un 39% que le permitirá gobernar con el 11,5% de los votos de los verdes.

La CDU se hunde hasta el 26% mostrando trece puntos de diferencia con los socialdemócratas, forzando la dimisión de Rötgen y metiendo el susto en el cuerpo a la mismísima canciller de hierro.

El SPD no ha podido evitar del todo la dispersión de la izquierda. Una organización heredera del Partido Pirata sueco, su homóloga alemana, alcanzó el 7,7% de los votos, defendiendo la libertad de la red, la reforma de las leyes de propiedad intelectual e industrial y el apoyo a los sistemas operativos libres. Entre unos y otros, por ello, han dejado a Die Link (La Izquierda) en un escaso 2,6%

Los liberales del FDP, por su parte, tras ser expulsados de varios parlamentos regionales parecen respirar con un 8,4% que les convierte en supervivientes en este histórico land.

Lo cierto y verdad es que, negro sobre blanco, Alemania puede ser de nuevo el motor del cambio de la izquierda, sumándose a Francia, recuperando el liderazgo en Europa, más allá de las posiciones mercantilistas y germanocéntricas que tanto dolor están produciendo en Europa, incluida la propia Alemania.

Antonio Miguel Carmona es miembro del Comité Federal del PSOE, secretario de Economía del PSM-PSOE, portavoz de Hacienda de la Asamblea de Madrid y profesor de Economía

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