El juez Juan Carlos Peinado ha iniciado una cruzada personal contra el abogado de Begoña Gómez, Antonio Camacho, y con el fiscal del caso. Es de esa clase de señoría que se cree que por llevar toga y puñetas su palabra es la ley. Él es el caballo loco de la Justicia, y ha iniciado su última galopada dentro de su particular guerra contra el hombre blanco. Sus autos son cada vez más salvajes. Ahora, directamente atenta contra el honor de aquellos que no opinan como él. Sin ir más lejos, el otro día acusaba de “copión” a Camacho, algo inaudito en un juez.
El “relato argumentativo similar, y casi idéntico al del Ministerio Fiscal”, decía Peinado en su resolución en referencia a un escrito del letrado de la mujer de Pedro Sánchez. Pero es que Peinado ‘Caballo Loco’ proseguía diciendo que rechazaba el recurso por ser más breve que el de la Fiscalía, y que presentaba argumentos “menos solidos”, y “de una manera menos intensa y brillante”.
Peinado contra el mundo
Pero ojo, que el señoría también le repartió estopa a la Fiscalía, a cuyo miembro le dijo que, “es no querer estar en el mundo en el que vivimos todos los españoles, pues como es notorio y público, por todos los medios de comunicación de todo tipo, se han informado al (sic) opinión pública del resultado, hasta este momento de los avances realizados en la investigación llevada a cabo por la UCO en relación con el rescate de Air Europa, aunque hayan sido consecuencia de otra instrucción que se sigue en el Tribunal Supremo”. Peinado ha perdido la vergüenza del todo.
El juez ha decidido que lo que dice la Audiencia Provincial, que le prohíbe investigar el rescate de Air Europa no va con él. Pero lo mejor de todo es que se basa en lo que aparece en un informe que ni siquiera está en su juzgado.
Y Caballo Loco se agarra a la única ranura que dejó la Audiencia, la aparición de nuevas pruebas, para seguir con su locura de investigación que él sigue diciendo que no es prospectiva porque la Audiencia aseveró: “Permite iniciar investigaciones policiales, tendentes a la averiguación de si pueden aparecer esos nuevos datos”. Pero, claro, él no ve mal que los nuevos datos provengan de titulares de prensa sobre otra causa judicial. Aunque teniendo en cuenta que abrió el procedimiento penal con una denuncia de un grupo de extrema derecha, que solo contenía titulares, algunos falsos, qué esperar de este togado.
Llegados a este punto, hay que recordar el final de Caballo Loco, pero el de verdad, que no es que acabara demasiado bien. En el caso de Peinado, obviamente el final no será tan hardcore como el de este jefe Siux, pero la línea que separa la “locura” permitida de la “prevaricación” es cada vez más fina en este asunto. Aquí no hay bayonetas pero sí otros jueces cada vez más hartos de ver cómo Caballo Loco Peinado arrastra por los suelos a la institución. Tiempo al tiempo señores lectores.
Por último, pero no menos importante: muchas gracias a Víctor Guillot, gran amigo y periodista, por cederme el titular de este análisis. Y sobre todo, pido perdón a Caballo Loco, gran jefe Siux, como también pido perdón a los amantes de Luis García Berlanga por las últimas comparaciones que he hecho, no lo he podido evitar.