El éxito de una estrategia política se basa, en buena parte, en ser sutil para que cale en el ciudadano de manera subconsciente. Si es demasiado evidente, cuando los andamios quedan al descubierto, se vuelve ineficaz. Es un problema que suele repetir el Partido Popular, quizás por tener una estructura piramidal donde los argumentarios fluyen de manera torrencial y son repetidos de manera machacona.

En esta ocasión, el pistoletazo de salida lo dio Fernando Martínez-Maíllo, coordinador general del Partido Popular y principal ejemplo de que lo de estar imputado -en su caso por el caso Caja España- y ocupar la primera línea política sigue siendo válido en el año 2017. En el debate en la Diputación Permanente para convocar a Mariano Rajoy a dar explicaciones por el caso Gürtel en el Congreso, al menos en tres ocasiones llegó a subrayar lo estrafalario de pedir cuentas al presidente por “cuestiones que ocurrieron hace 20 años”. “Vamos a parecer extraterrestres, con la que está cayendo en España”, llegó a señalar Maíllo.

El argumento ha sido repetido por otros dirigentes del PP, como Andrea Levy, e incluso ha llegado por elevación a Mariano Rajoy, quien este domingo, en un mitin en Galicia, subía la cifra y llegaba a pedir a la oposición que hablasen de “los retos del futuro y no de los episodios del pasado que en algunos casos suman más de un cuarto de siglo”.

Quizás, la explicación es que, a base de repetirlo, no importa tanto si la idea se hace cansina, como el intento de convertir una mentira en verdad. El primer juicio de la Gürtel es el de la pieza separada 1999-2005. Si tomamos ese primer año como referencia, hablaríamos de hechos de hace 18 años. No son 20, ni mucho menos “más de un cuarto de siglo”.

Pero es que, ni por esas. Porque la Gürtel ha copado buena parte de la información de los últimos años, pero eso no significa que lleve ahí desde los tiempos de Maricastaña. De hecho, la investigación de la Fiscalía Anticorrupción arrancó en el año 2007 -hace 10 años- aunque el caso llegó a los juzgados y al conocimiento de los españoles, en el año 2009 -ocho años atrás-.

A pesar de que el caso estallase en aquel entonces, la sospechosa maquinaria del Partido Popular siguió funcionando durante muchos años. Por ejemplo, los famosos sobresueldos que Luis Bárcenas tenía anotados y cuya legalidad siempre ha causado debate, estuvieron funcionando hasta el año 2011, cuando el PP consiguió volver al poder. De hecho, el propio Rajoy los estuvo cobrando hasta entonces y ese año llegó a embolsarse 200.628 euros de sobresueldo, al margen de su salario como diputado del PP. Hablamos de 2011, hace menos de seis años.

Desde esa fecha, el año 2011, hasta marzo del año 2013, Mariano Rajoy se estuvo mandando mensajes de manera asidua con el tesorero Luis Bárcenas, hasta poco antes de que el juez le enviara a prisión, en junio de ese año, y hace ahora sólo cuatro años. Exactamente, esa cantidad de años son las que han pasado desde que se supiera que Bárcenas tenía cuentas bancarias rebosantes de euros en Suiza.

En el año 2014, hace solo tres años, Ana Mato tuvo que dimitir de su cargo de ministra de Sanidad cuando Hacienda acreditó con pelos y señales: que ella y su familia se llevaron 637.592 euros en regalos de parte de la trama Gürtel. En el año 2015, hace dos años, se abrió, por fin, el primer juicio oral por esta trama, al tiempo que los jueces fieles al Partido Popular, como Enrique López y Concepción Espejel, intentaban tomar posiciones en las causas más vitales de la Gürtel.

En el año 2016, el año pasado, se empezaron a perfilar las causas satélites de la Gürtel y las peticiones de cárcel en los múltiples casos relacionados con Valencia, la visita del Papa, Juan Cotino, o los que tienen que ver con la financiación irregular del PP de Madrid, Boadilla del Monte…

Y en 2017, comparecía por primera vez un presidente del Gobierno ante los tribunales en calidad de testigo. Se llamaba Mariano Rajoy, y ahora tendrá que dar explicaciones en la sede de la soberanía nacional por las mentiras -como las relacionadas con quién pagó su viaje a Canarias- y por sus silencios. Eso fue hace exactamente un mes. No “hace más de un siglo”.