Estos días en los que la gasolina está por las nubes las miradas de muchos conductores se dirigen hacia las gasolineras low cost, que tienen precios más bajos que las tradicionales con hasta entre 15 y 20 céntimos el litro más barato. Sin embargo, muchos se preguntan si la calidad del producto es la misma ante el temor de que pueda causar algún daño a sus vehículos.

Es importante tener en cuenta que la diferencia está en los aditivos que se añaden a la gasolina o el diésel de las estaciones de toda la vida, con el objetivo de conseguir mejoras en el propio combustible que repercuten en el rendimiento del motor a largo plazo porque aumentan su lubricidad y reducen el consumo, además de las emisiones de CO2. Estos líquidos extras no suelen añadirse en las gasolineras low cost.

El combustible es el mismo

El presidente de la Asociación de Gasolineras Libres (AGLA), José Cortés, ha explicado, en declaraciones al Huffington Post, que el combustible "es el mismo producto”, porque es "una cosa que está regulado”. Concretamente, todas las estaciones de servicio que hay en España se nutren de un carburante que comercializa Exolum, la actual denominación de la Compañía Logística de Hidrocarburos.

"Las gasolineras tradicionales mejoran las propiedades con los aditivos. Mejoran el rendimiento del motor a largo plazo porque aumentan su lubricidad y reducen su consumo y a reducir su consumo también se reducen las emisiones de CO2”, explican desde la AOP, donde sí se indica que “a largo plazo” repostar en gasolineras tradicionales “es beneficioso para el motor ya que es un carburante que tiene más calidad”.

Las estaciones de bajo coste no tienen la misma infraestructura

La diferencia de precio es debida también a que las gasolineras low cost no tienen otros gastos en servicios, como maquinarias de autolavado, tiendas e infraestructuras como sí ocurre con las tradicionales. Incluso algunas de las estaciones económicas no cuentan con un trabajador al contar con servicio de pago automático. Eso hace que sus costes operativos sean mucho más bajos, ya que sus espacios son más pequeños y la inversión inicial es inferior.

Las gasolineras tradicionales se quejan de que las low cost “se están cargando la competencia” porque "están poniendo un precio por debajo del precio de coste”.