Lo habrás visto anunciado en todas partes: "haz un master como si vieras unas serie de Netflix". O tal vez la foto de un conocido gurú de las redes sociales prometiéndote que con su master descubrirás sus secretos del marketing digital… No voy a decir que no puedas aprender muchas cosas con esos vídeos o clases online, pero no vas a tener un master. Al menos, uno que legalmente puedas llamar master.

Puede ser un curso, incluso bueno, pero no es un master

Como ocurre con tantas cosas, el término se ha prostituido y degradado hasta el punto de que a cualquier contenido organizado en forma de curso se le pone esa etiqueta. Y no les da ningún reparo venderte hacer un master como si vieras una serie de televisión o aprender sus secretos y experiencia adquirida durante años de práctica profesional, como alternativa a un master en una universidad o escuela de negocios (que tienen reconocimiento oficial y/o convenios con universidades).

El problema se agudiza ahora que, con el confinamiento, todos los cursos de todas las etapas se volvieron online y algunas universidades como Harvard anuncian que todos sus programas serán digitale el próximo año. 

 

Ya no solo la UNED y otras universidades a distancia permiten cursar estudios desde casa. Todas las universidades, escuelas de negocio o colegios han tenido que transformar su modelo de enseñanza y adaptarlo a entornos on line. Harvad anunció que, aunque permitirá que el 40% de los alumnos sigan asisitiendo al campus, todos sus programas serán ya on line. Y esta realidad, sumada a que muchos han visto la oportunidad o necesidad de mejorar su formación en esta pandemia que nos obligará a reinventarnos a todos, han abinado el campo para que surjan ofertas formativas como setas. Pero muchas son eso, setas.

Que sea on line es lo de menos, lo que importa es el contenido

Lo más importante de un Master, como de cualquier programa formativo, es el contenido. Y para ser merecedor de la palabra Master tiene que estar contrastado científicamente. En España, como en el resto de Europa desde el plan Bolonia, para ser un Master tiene que estar avalado por una Universidad. De forma oficial y respaldado por ella. Todo lo demás, no es un master.

Para que quede claro de una vez por todas y no piques con los anuncios que son claramente fraudulentos, y que tarde o temprano acabarán en algún tipo de denuncia o sanción, te resumo los puntos principales del Real Decreto 56/2005, de 21 de enero, por el que se regulan los estudios universitarios oficiales de Posgrado, entre los que se incluyen los Master, tanto los títulos oficiales como los títulos propios de cada universidad:

El objeto de Real Decreto es regular los aspectos básicos de la ordenación de los estudios oficiales de Posgrado, comprensivo del segundo y tercer ciclos del sistema español de educación universitaria, en consonancia con las líneas generales emanadas del Espacio Europeo de Educación Superior y de conformidad con lo previsto en el artículo 88.2 de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades

Lo primero que deja claro es que deben ser realizados por una Universidad y que “Los citados programas serán propuestos, a iniciativa del órgano responsable de su desarrollo, por una comisión de estudios de Posgrado designada por la universidad. Dichos programas deberán ser aprobados por el Consejo de Gobierno de la universidad”.

Como en toda titulación oficial, la última palabra la tiene el Ministerio: “Una vez emitido el informe favorable del citado órgano consultivo, el Ministro de Educación y Ciencia aprobará la relación de los programas de Posgrado de nueva implantación cuyas enseñanzas tengan carácter oficial y conduzcan a la obtención del título correspondiente. Dicha relación será publicada en el «Boletín Oficial del Estado».

Y después, el control de calidad sigue siendo constante: “Una vez implantados, los programas oficiales de Posgrado conducentes a la obtención de los títulos de Máster o Doctor serán evaluados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, en colaboración con las comunidades autónomas y las propias universidades”.

Ahora, cuando estés en esa bonita página web con exitosos emprendedores en sudadera, o el gurú de las redes sociales al que no se le conocen clientes ni campañas realizadas pero que se ha labrado una marca personal muy reconocible, antes de darle al botón “pagar matrícula” revisa el siguiente dato:

¿Qué universidad certifica el título?

Si no lo encuentras, no es un Master. Que puede ser contenido útil e interesante —muchas veces lo es— como verte todas las charlas TED gratuitas que hay, pero al final, no tendrás un master. Y quien empieza mintiendo en marketing, mal te va a enseñar lo demás.