No todos somatizamos el alcohol por igual, a algunos les sienta peor que a otros o incluso sufren más la adicción. No está claro el porqué, y en la investigación para hallarlo, un grupo de científicos estadounidenses ha publicado en la revista Science un estudio que identifica en ratones un circuito cerebral que controla el comportamiento y sirve para predecir si habrá consumo compulsivo de alcohol. El hallazgo, señalan los estudiosos, puede usarse como biomarcador para evitarlo.

Hasta ahora se había puesto el foco de las investigaciones en examinar el cerebro después de que se desarrolle un trastorno por consumo de alcohol, mientras que el equipo de investigadores se ha centrado en descubrir qué circuitos cerebrales están detrás de una predisposición a la ingesta de estas bebidas de manera compulsiva. Estos estudiosos analizaron la actividad neuronal producida durante la primera vez que bebieron alcohol los ratones.

Así, a partir de varias pruebas, los científicos detectaron que los ratones podían clasificarse en tres grupos: bebedores bajos, bebedores altos y bebedores compulsivos. A diferencia de los dos primeros grupos, los compulsivos mostraron insensibilidad a factores negativos, como un sabor amargo añadido a la bebida.

Además, los científicos utilizaron técnicas de imagen para identificar las células y las regiones del cerebro antes, durante y después de la ingesta de alcohol en dos regiones del cerebro involucradas en el control del comportamiento: la corteza prefrontal media y la materia gris periacueductal. Según entendieron, el desarrollo del consumo compulsivo de alcohol estaba relacionado con los patrones de comunicación neuronal entre esas dos regiones cerebrales, lo que muestra un biomarcador para predecir el consumo compulsivo futuro de alcohol.