El coche lleva camino de verse dentro de unos años como hoy se ve el tabaco. Algo que en el pasado estaba establecido pero al final, las enormes desventajas, acabarán por hacerlo residual. Puede sonar radical, pero ya sucede en Singapur

80% del espacio

La figura del coche en las grandes ciudades cada vez está más en entredicho. A los evidentes problemas de contaminación, hay que añadir otros elementos como el exagerado espacio que ocupa en nuestras ciudades. En cualquier calle el 80% del espacio, entre carretera y aparcamiento, está acaparado por el vehículo privado. 

En Singapur la situación es tan desesperada que las autoridades han impuesto una tasa cero al crecimiento del coche en la urbe asiática. En los últimos meses, casi es imposible circular por sus calles y aún así, cada día millones de conductores arrancan motores y se unen a la enorme fila. 

Por tanto, los dirigentes de Singapur han decidido limitar la venta de coches nuevos. Ningún vehículo puede ser registrado si antes otro no ha sido dado de baja. 

Evidentemente, tan radical medida ha de venir acompañada de decisiones que desincentiven el uso del coche. La consecuencia lógica es una mejora sustancial del transporte público. Afortunadamente así lo han entendido en esta isla-estado. 

Transporte público

Primero se han promovido el uso de estos transportes públicos entre la población. Pero más importante es la decisión de crear las infraestructuras necesarias para que ningún habitante de Singapur tarde más de 10 minutos en ir desde su casa a una estación de tren o autobús. 

Se están invirtiendo miles de millones de dólares en la creación de nuevas redes de transporte de pasajeros que se espera provoque una reacción en cadena. Menos coches en las calles redundará en una mejora de los servicios de transporte por superficie. Y como consecuencia, se reducirán los alarmantes índices de contaminación de la zona.