La DANA (depresión aislada en niveles altos), también conocida como gota fría, es un embolsamiento de aire frío que ocasiona lluvias torrenciales, bajada de temperaturas y fuertes rachas de viento. Es un fenómeno cada vez más frecuente en España, sobre todo desde 1990. El Mediterráneo es uno de los territorios más vulnerables a estos cambios, especialmente por sus particularidades geográficas: cuenca rodeada por grandes sistemas montañosos.
La DANA que golpea a España estos días ha provocado un temporal devastador, especialmente en la Comunidad Valenciana, donde se registran al menos sesenta muertos y múltiples rescates de personas atrapadas en vehículos y techos de edificios. Las lluvias intensas han afectado sobre todo a Valencia, Albacete y Málaga, causando inundaciones, tornados y cierres de carreteras, como la A-3. La tormenta ha dejado desaparecidos en Letur, Albacete, y varias comunidades permanecen en alerta, incluidas Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña y Aragón, con riesgos de intensas lluvias, vientos fuertes y oleaje peligroso. La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha intervenido en la Comunidad Valenciana para apoyar en rescates y evacuaciones en áreas críticas.
Qué es una DANA
Se trata de un fenómeno meteorológico. Su nombre es, de hecho, acrónimo de “depresión aislada en niveles altos”. La DANA consiste es un embolsamiento de aire frío que ocasiona lluvias torrenciales, bajada de temperaturas y fuertes rachas de viento. Es una borrasca tradicionalmente conocida como gota fría.
En la atmósfera hay intensas corrientes de aire que se mueven de oeste a este a unos 9.000 metros de altura, rodeando a la tierra. Son las llamadas jet streams o corrientes en chorro. Existen diferentes tipos, uno de ellos es el "chorro polar", que limita un cinturón en latitudes medias como la nuestra. Por encima, hacia el Polo Norte, el aire es más frío, y por debajo, más cálido. Al moverse, a veces sufre ondulaciones, y en ocasiones lo hace tanto que acaba aislando una parte de esta circulación, en una bolsa que es más fría que el aire que le rodea, y acaba por descolgarse hacia latitudes más bajas. El calor y la humedad acumulados en las capas bajas choca con el frío de las capas altas, produciéndose fuertes tormentas y aguaceros. Es el mismo proceso que ocurre cuando sacamos una lata de refresco de la nevera y rápidamente se forman gotitas sobre ella.
Consecuencias de una DANA
Por lo general, este fenómeno atmosférico tiene asociado las lluvias torrenciales, la baja de temperaturas y fuertes rachas de viento. Fruto de ello suele dejar grandes inundaciones, daños materiales en las plantas bajas y garajes y cortes de tráfico.
No obstante, una DANA también puede provocar altas temperaturas, situación que se produce si la masa de aire frío está ubicada al oeste, que genera la entrada de viento del sur y la subida de los termómetros. Esta es la razón de que no siempre que haya una DANA cerca se van a producir tormentas.
Frecuencia cada vez mayor
Desde 1990, el incremento de las DANAs ha sido muy significativo en Europa, en gran parte por el calentamiento global. El calentamiento térmico de la Tierra tiene mucha influencia en este tipo de fenómenos, ya que se ha demostrado que las corrientes en chorro se han ido desplazando hacia los polos, al igual que la célula de Hadley y la zona de convergencia intertropical. Añadiendo a ello la contracción del vórtice polar y el enfriamiento de la estratosfera.