El conflicto entre los taxistas y las diferentes formas de transporte que se están extendiendo en las grandes ciudades es algo más complejo de lo que puede parecer.

Los actores principales

1. Los ayuntamientos dan las licencias a los taxistas. Se crea una "jaula de oro" para un sector que compra licencias a precio de casas, que se blinda, se hace monopolio y básicamente los clientes son "una molestia". En Madrid era tradicional que un taxista basicamente te timara, fumara, protestara ante cualquier comentario del viajero... Esta era la norma. Coches viejos, conductores poco amables, etc... Había de todo, pero la norma era esta. 

2. Llegan los emprendedores viendo una oportunidad típica. Mercado monopolista, clientes mal atendidos... seguro que hay margen de mejora. Lo hacen. Empiezan en ciudades donde el servicio es aún peor que en España... San Francisco y otras ciudades americanas. Llegan a Europa. En Londres, lo mismo. En Londres los taxis son amables y grandes, pero caros como ellos solos.

3. El sector se rebela. Si me has dado una "jaula de oro" ahora no me la puedes romper. Los ayuntamientos tienen a miles de familias que dependen de estos ingresos, con precios regulados, normativa, licencias... amenazados por un servicio mejor, más cómodo, más cool.

4. Europa apoya esta liberalización. Es más, es un mandato europeo acabar con monopolios locales. Es así. No se pueden mantener monopolios obsoletos. Europa necesita emprendedores y para ello los mercados se deben liberalizar. Esto no es un consejo, es un mandato y los gobiernos deben aplicarlo.

5. Aquí llega el conflicto de intereses y cuando el tema se judicializa. El problema es que llegamos a los tribunales y todo es interpretable. La última palabra la tienen los ayuntamientos que son los que regular las licencias. Pero no pueden ir en contra de normativas europeas. O no podrán ir todo el tiempo contra estas normativas. Se pueden enfrentar a sanciones.

Los partidos políticos

6. El punto de vista político. La "izquierda" se posiciona junto a los taxistas en el sentido que el mercado está regulado y que se debe aplicar la norma de 1 licencia de VTC cada 30 taxis. Se suele decir que la última palabra la tienen ellos. Pero la realidad es que no puedes ir contra una normativa Europea que como es normal busca mercados más dinámicos. La "derecha" se posiciona junto al mercado libre y por tanto a las empresas nuevas. El problema aquí es que la venta de licencias de VTC se realizó de forma poco transparente. Hubo gente que tuvo la información con antelación y por tanto compro licencias a granel antes de que estuviera claro que pasaba.

Dónde estamos ahora con el conflicto de los taxis

7. Dónde estamos ahora. La realidad es que ahora estamos en un punto donde los taxis han mejorado mucho. Los taxis de ahora no tienen NADA que ver con los taxis de hace unos años. Se ha mejorado mucho en limpieza, servicio, amabilidad... y esto está directamente influenciado por la competencia. Esto no se puede negar. El servicio de Uber y Cabify no es la panacea. Por lo general son igual de caros o más que los taxis. Se paga un premium por tener mejor coche y servicio. Pero están orientados a un sector premium. No entiendo la protesta generalizada de los taxistas. 

8. España, si quiere ser un país tomando en serio, no puede tener normativas tan laxas. Lo mismo pasó con las fotovoltáicas, ahora con los taxis... en España no nos tomamos muy en serio este tipo de cosas y acabamos pareciendo un país bananero donde las leyes y los gobernantes parecen tener agendas ocultas. Poca claridad, mucho golpe de timón, mucho llevar los tribunales problemas que son claramente normativos. 

9. Uber y las empresas similares no son angelitos de la guarda. Como buena startup Uber y similares aspiran a crecimientos muy agresivos por defecto. Por tanto cualquier atajo es bienvenido para crecer. Por ello Uber se ha expuesto a sanciones muy importantes en muchas ciudades donde incluso ha sido prohibida. En Londres Uber fue cerrada, Italia lo mismo, Dinamarca... en España ha ido y vuelto... Al final tendrán que ceder a cierta regulación.

10. La competencia es buena. Esto es así. Sectores regulados monopolistas no son nunca una buena opción. Solo llevan a la corrupción, maltrato al cliente y nula innovación.