El teléfono móvil nos facilita la vida, pero también nos come cada vez más tiempo. En la ciudad australiana de Sunshine Coast, que acumula elevadas cuotas de turismo, han querido ayudar a sus visitantes a "desenchufarse" y centrarse en el descanso, creando el primer código de conducta o guía para olvidarse un poco del smartphone: evitar ser un buscatodo, no llevarse el teléfono a la mesa, desconectarlo antes de dormir… He aquí algunos síndromes, miedos irracionales asociados al uso excesivo del smartphone.

Phubbing: este anglicismo nombra a esa necesidad de estar más atento al teléfono que a la pareja, amigos o las personas con las que se esté charlando, lo que puede suponer problemas en las relaciones interpersonales.

Vibración fantasma: una fobia que pasa por creernos que el teléfono ha recibido una notificación de algún tipo, cuando no ha sido así. Se debe a que la mente se encuentra en estado de alerta para que no se escape nada importante, y a menudo se genera esta confusión.

Nomofobia: es el miedo a no poder consultar el smartphone en cualquier momento, ya sea porque nos hemos quedado sin batería, porque se ha quedado en casa…

Cibercondría:  el móvil se convierte en nuestro médico de cabecera, consultamos con él las dolencias, a menudo aplicándonos enfermedades sin verificar el dato con un profesional de la medicina.