Matthieu Ricard, un monje budista de origen francés, ha sido denominado "el hombre más feliz del mundo" tras ser objeto de estudios científicos que analizaron su actividad cerebral durante la meditación. Sin embargo, este título va más allá de los resultados científicos, sino que se sustenta en una forma de vida que le ha cambiado por completo.

 

De la ciencia a la espiritualidad

Matthieu Ricard nació en Francia en 1946, hijo del filósofo Jean-François Revel y la pintora Yahne Le Toumelin. Inicialmente, siguió una carrera prometedora en biología molecular, obteniendo un doctorado bajo la supervisión del premio Nobel François Jacob. Sin embargo, insatisfecho con su vida científica, Ricard se trasladó al Tíbet 1972 para estudiar budismo, y eventualmente se ordenó como monje.

¿Por qué le llaman 'el hombre más feliz del mundo'?

El apodo de "el hombre más feliz del mundo" proviene de un estudio dirigido por el neurólogo de la Universidad de Wisconsin. Así, el también asesor personal del Dalai Lama fue sometido a unas pruebas, a las que también se sometieron otros voluntarios, consistentes en que conectaban su cerebro a 256 sensores que detectaban decenas de sensaciones diferentes como enfado, placer, irritabilidad, estrés, enfado, satisfacción, etc. Y lo curioso del caso es que, para las pruebas, los científicos clasificaron los niveles, que iban desde el 0,3 (muy infeliz) y el -0,3 (muy feliz), pero estos niveles se quedaron cortos para Ricard, que salió de la prueba con un -0,45.

El gran secreto de la felicidad

En una entrevista publicada en el New York Times, Ricard contó la respuesta que dio una vez cuando le preguntaron los tres grandes secretos de la felicidad, a lo que respondió lo siguiente: “Primero, no hay ningún secreto. En segundo lugar, no hay solo tres puntos. Tercero, lleva toda una vida conseguirla, pero es lo más valioso que puedes hacer”.

Así mismo, otro aspecto de su vida que ha influido en alcanzar esa felicidad es la práctica de la meditación, que le ha permitido controlar sus pensamientos y emociones, de manera que estas no le controlen a él. En todo caso, eso no quita, tal y como dijo al mencionado medio, que de vez en cuando no tenga malos pensamientos: “A veces camino frente a un espejo y tengo un destello extremo de autodesprecio. O me inquieto por una tontería, como encontrar un sitio para estacionar. ¿Esas reacciones desaparecerán algún día? Pues sí. Claro que sí”, afirma.

La compasión, otra clave importante para ser feliz

Uno de los principios fundamentales de la filosofía de Ricard es la compasión universal. Para él, la compasión no se limita a aquellos que son buenos con nosotros o están cerca de nosotros, sino que debe extenderse a todos, incluidos aquellos que causan sufrimiento.

“A veces visualizo a Donald Trump yendo a hospitales, cuidando personas, llevando migrantes a su casa. Puedes desear que la crueldad, la indiferencia, la codicia desaparezcan de la mente de estas personas. Eso es compasión; eso es ser imparcial”, explica.

Así mismo, para el hombre más feliz del mundo, el altruismo es otra de las claves más importantes para conseguir ese bienestar: “El altruismo es una situación en la que todos ganan. El objetivo es traer felicidad a los demás y remediar su sufrimiento y, como beneficio adicional, uno siente una gran felicidad al ser amable y benevolente”, explica a la BBC.

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