Un accidente de laboratorio, potentes herramientas externas, seres venidos de otro planeta… O habilidades únicas derivadas de la física o las matemáticas.

Los poderes de los súper héroes e incluso su propia naturaleza tienen un origen variado. Ant-Man es distinto, porque aquello que define su potencial deriva de cálculos matemáticos y físicos. Según los cómics, Ant-Man es el nombre de guerra del biofísico Dr. Hank Pym. Después de descubrir una partícula que podría alterar su tamaño, las llamadas "partículas Pym", el médico se redujo al tamaño de un insecto, comenzó a resolver crímenes y colaboró con los Vengadores.

Pero en las dos películas que han trasplantado la historia al cine (la segunda, ahora mismo en cartel), así como en Civil War, Pym (que interpreta Michael Douglas) no es el héroe, ni el protagonista. Está retirado. En 1987, Janet van Dyne (la avispa original) se había encogido y se insertó entre las moléculas de un misil nuclear soviético, y quedó atrapada dentro del Reino Cuántico. Hank Pym (el Ant-man original), cría a su hija Hope pensando que su madre murió en aquel incidente. Años después, Hank y su hija Hope forman a un ladronzuelo, Scott Lang, para que, gracias al traje de Ant-Man, entre y salga del Reino Cuántico, para intentar traer a Janet de vuelta a casa.

En el sitio  Nerdist han consultado sobre las propiedades de Ant-Man al Dr. Spiros Michalakis, un físico cuántico del Instituto de Información Cuántica y Materia en Caltech, en California, que además de su trabajo de investigación en las leyes de la física, asesora a los cineastas de Hollywood a utilizar la mecánica cuántica de manera rigurosa.

Para Michalakis, Ant-Man es una analogía de la fuerza que ganaríamos si nos encogieran. Somos objetivamente más fuertes que una hormiga, pero no relativamente más fuertes. La fuerza de nuestros músculos es un factor que proviene del área transversal que ocupan esos músculos. Ant-Man obtiene su súper fuerza del hecho de que el volumen de un organismo depende del cubo de su altura, lo que significa que a medida que un organismo se reduce, su fuerza disminuye mucho más lentamente que su volumen corporal. Extrapolando este cálculo, conseguimos que las hormigas levanten objetos muchas veces más pesados que su propia masa.

Así, si el traje de Ant-Man puede encogerlo sin que la masa del héroe cambie, entonces obtendremos un humano de determinado peso levantando muchas veces el peso que le corresponde según ese peso.

Por otro lado, Michalakis sostiene que las leyes físicas que operan en el universo son tendencias en las probabilidades mecánicas cuánticas, y si reducimos todo, todo desaparece. Gravedad, relatividad, tiempo ... Todo. Si Ant-Man puede reducirse y ser el más pequeño de los pequeños, entrará en esta nada. Todo el tiempo y el espacio se abrirán ante él. Y podría atravesar el tiempo según su voluntad.

Eso sí, reducirse de tamaño también podría traer problemas a Ant-Man. El principal, la densidad, definida como la relación entre masa y volumen. La densidad de Ant-Man sería suficiente como para hundirse en la tierra cada vez que se encoge, y similar al de una estrella enana blanca. Otro handicap sería, nada menos, respirar. Al encogerse súbitamente como lo hace Ant-Man, respirar sería tan difícil como lo es en lo alto de las montañas. La cantidad de aire permanece igual, pero el volumen se vería drásticamente incrementado en relación con el encogido. Eso sí, puede que el traje de Ant-Man tenga funciones para solventar estas cuestiones. Ni las películas ni el cómic entran en ese nivel de detalle.