Dice la canción que son los mejores amigos de la mujer. Pero en realidad, son los mejores amigos de cualquiera. Un diamante, un elemento que lleva asociado complejidad física, belleza y precio no falla nunca. Hemos perdido la noción de cuándo se comenzó a considerar un artículo de lujo, pero sabemos que nos acompañará mucho tiempo.

Del tamaño de un puño

Por eso cuando se descubre un diamante de un tamaño descomunal, es noticia. Y la pasada semana se halló el quinta más grande extraído jamás. El hallazgo se produjo en una mina del país surafricano de Lesotho. Esta pieza tiene 910 kilates. Para no obligaros a abrir Google y ver la correspondencia en gramos, os diremos que 910 kilates equivalen a 180 gramos. Es decir, el diamante tiene el tamaño de un puño. El diamante más grande jamás encontrado se desenterró en 1905 y tenía 3.106 kilates, es decir 610 gramos. El encontrado recientemente tiene una característica más que lo hace especial. Se trata de un diamante extraordinariamente puro. Los diamantes son cristales formados por cadenas únicamente de carbono. Cuando menos elementos distintos a este contiene, mayor es su pureza y por lo tanto, mayor es su valor.

Sin precio todavía

Y vamos con esta otra faceta que también resulta interesante. De momento, los propietarios del diamante no han conseguido establecer su precio. Si sirve como medida, otro diamante similar encontrado en la misma región llegó a alcanzar un precio de 12,4 millones de dólares. La explicación de por qué tantos grandes diamantes en esa zona es evidente geológica y de hae mucho mucho tiempo, en concreto entre 1.000 y 3.000 millones de años. En esa época, grandes depósitos de carbono fueron enterrados por otro tipo de rocas. La erosión de la zona provocó que se fueran depositando sedimentos. Estos restos aumentaron la presión sobre el carbono que acabó fusionando sus moléculas. Y formando estas piedras que hoy lucen desde mujeres adineradas hasta futbolistas y raperos.