La crisis del coronavirus sigue escribiendo capítulos que parecen extraídos de una ficción distópica. Uno de las más recientes lo constituyen esos pasaportes que varios países barajan expedir entre aquellas personas que hayan superado el virus. Está planteándose como opción en Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Chile y algunas Comunidades Autónomas españolas. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte en una guía dirigida a todos sus Estados miembros de que, hasta ahora, no hay evidencia científica que garantice que esos curados, incluso habiendo generado anticuerpos (que en algunos casos tienen una presencia en sangre muy baja, según informa la organización), estén protegidos contra una segunda infección.

La OMS considera que los resultados preliminares de las pruebas de serología que se practican para detectar cuántas personas pueden haber tenido contacto con el virus indican que su proporción es bastante baja, incluso en los países más afectados. Además, las pruebas exhiben un nivel de fiabilidad y exactitud de resultados que, a juicio de la OMS, aún debe mejorarse para evitar equivocaciones y los consiguientes riesgos. La organización incide en que los test deben ser capaces de distinguir entre infecciones del SARS-CoV-2 y las generadas por cualquiera de los seis coronavirus humanos que se conocen. Y es que "la gente infectada por cualquiera de estos virus puede producir anticuerpos que se confunden con los producidos en respuesta al SARS-CoV-2", precisa la organización.