Es el cultivo más común del mundo, y hasta ahora no se conocía el genoma de su composición. Ahora, una investigación internacional en la que participan más de 200 científicos de 73 institutos de investigación en 20 países, incluido el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), ha logrado secuenciar el genoma del trigo harinero, lo que facilitará la producción de variedades de trigo más adaptadas a los retos climáticos, con “mayor rendimiento, mejor calidad nutricional y mayor sostenibilidad”, ha señalado el CSIC en una nota.

Los resultados del estudio se han publicado en la revista Science, revelando que factores como el gran tamaño de este genoma -que es cinco veces mayor que el del humano-, así como su complejidad - cuenta con tres subgenomas y un 85% de elementos repetidos- habían hecho de su secuenciación una tarea considerada “imposible durante mucho tiempo”.

El genoma de referencia secuenciado ofrece “nuevas herramientas” que permitirán el incremento en la producción de trigo necesario para “afrontar retos” de futuro, como la demanda de alimentos para una población mundial que se estima “en 9.600 millones de habitantes para 2050”. Entre otros aspectos, se podrá trabajar con la productividad de la especie, la calidad del grano, su resistencia a enfermedades o su tolerancia a condiciones ambientales desfavorables, como sucedió con el maíz y el arroz cuando se publicaron sus secuencias de referencia.

El trigo es el alimento básico de más de un tercio de a la población mundial y supone casi el 20% del total de las calorías y proteínas consumidas por el ser humano a nivel mundial, más que cualquier otra fuente de alimento.