La nutricionista Blanca García-Orea publica Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes (Grijalbo), una guía para entender cómo influyen las bacterias intestinales en nuestra salud y hasta en nuestro carácter.

En sus páginas, realiza un recorrido por nuestra microbiota (el conjunto de micro organismos que habitan en nuestro cuerpo), mostrando la vinculación que tiene el intestino con la calidad de las emociones y el estado del sistema inmunológico.

“Es importante saber que nuestro intestino es más que ‘un almacén de mierda”, señala la autora. Y es que los microorganismos intestinales regulan el sistema inmunitario, combaten las infecciones y enfermedades, siempre que su funcionamiento sea óptimo. Así, la microbiota regula el desarrollo y la función del cerebro, y por tanto puede influir en el estrés y hasta en la enfermedades neurodegenerativas.

“Más allá de avisarnos cuando nos toca comer, el eje cerebro-intestino influye en el estado de ánimo, en el comportamiento y, por tanto, en nuestro bienestar y en la evolución de determinadas patologías neurológicas”, explica la autora en su obra.

Blanca García-Orea revela aquellas que se encuentran dentro del tubo digestivo -las bacterias del intestino- y otras que están localizadas en la piel, la nariz, la boca, el oído, los pulmones, la vagina o incluso el ombligo. Todas ellas, explica la autora, tienen relación con la alimentación. La conocida como comida basura y rápida predispone a una mayor exposición a enfermedades inmunes, depresión, ansiedad, etcétera, debido a que los comensales del intestino —las bacterias— esperan recibir un tipo de alimento tradicional que no llega, por lo que se extinguen o alimentan de algo que no toca. Por eso, no son capaces de desarrollar sus funciones habituales de digestión de nutrientes, no pueden defenderse frente a patógenos y tampoco generar compuestos beneficiosos para la salud que aporten la energía necesaria.