El estudio se realizó en 2.o10 y se ha publicado este mes, en él se concreta un mapa de consumo de drogas en tres zonas de la ciudad condal, el barrio del Besòs, Poble Sec y el Eixample. Los análisis de las aguas de los acuíferos situados en los subsuelos de estos barrios indica que en el Besòs es el que tiene más metadona, el éxtasis predomina en Poble Sec y la cocaína en el del Eixample.

Para llegar a estas conclusiones los científicos analizaron el agua de 37 pozos y se buscaron rastros de 20 drogas divididas en seis bloques: compuestos cocaínicos, cannabinoides, opiáceos, anfetaminas, compuestos lisérgicos y  benzodiacepinas. La droga llega a los acuíferos por las fugas de aguas residuales de las alcantarillas que se filtran a los acuíferos de Barcelona, que acumulan unas reservas de 40 hectómetros cúbicos, cantidad importante si se tiene en cuenta que el consumo diario de la ciudad es de un hectómetro.

Niveles sorprendentemente altos de cocaína en el Eixample
De acuerdo con los resultados de la investigación, el mayor consumo de cocaína se localiza en el tramo central de la calle Mallorca, en el barrio del Eixample, una calle con un importante número de locales de ocio cuya clientela es mayoritariamente de calse media y alta. En dos pozos de esta zona se midieron concentraciones de cocaína trece veces por encima de la media, hasta 16,3 nanogramos por litro cuando el promedio de la zona es del 3,2. La concentración de restos de cocaína en el subsuelo de la calle Mallorca duplica el nivel detectado en el barrio del Besòs. La concentración tan elevada de cocaína en esos dos pozos sorprendió a los investigadores, hasta el punto de señalar que es "como si alguien hubiera tirado la droga por el váter".

En el delta del río Besòs se han detectado los niveles más altos de concentración de metadona, pero en esta zona es donde se han encontrado también más variedad de restos de otras drogas y ansiolíticos como el diazepan.

En Poble Sec, en el entrono de la avenida el Paral, la mayor concentración de restos de droga es de éxtasis. En un pozo de dicha avenida se midió un nivel de 6,4 nanogramos por litro, cuando el promedio de la zona es de 2,2.