El jugador del FC Barcelona Sergi Roberto inauguró en Reus el noveno Cruyff Court de los quince en total previstos en Cataluña. Se trata de una inciativa impulsada por la Cruyff Foundation y "la Caixa" para impulsar los valores del deporte entre los niños y niñas, con especial atención a áreas desfavorecidas.

Un "kit de herramientas para la vida"

Los Cruyff Courts son pequeños campos de fútbol de uso libre cuyo objetivo es fomentar el deporte e inculcar valores como la responsabilidad, la integración, el juego en equipo y la superación personal, así como prevenir el sedentarismo y la obesidad infantil. Allí se siguen las 14 reglas (o valores) del mítico Johan Cruyff: espíritu de equipo, responsabilidad, respeto por los demás, integración, iniciativa, cooperación, personalidad, participación social, técnica, táctica, desarrollo, aprendizaje continuo, juego en equipo y creatividad.

El Alma, la red social social de la Fundación "la Caixa" se refieren a estas reglas como un "kit de herramientas para la vida que contribuyen positivamente al crecimiento tanto físico como mental de los más pequeños, a partir de un sencillo balón". Así fue la inauguración del Cruyff Court en Reus:

Jugando juntos gracias a Johan

El legado de Johan Cruyff sigue vivo en la forma de jugar al fútbol de muchos jugadores, y también en unos pequeños campos de fútbol de uso libre que tienen como objetivo el disfrute de niños y niñas y la transmisión de valores a través del deporte: estamos hablando de los Cruyff Courts. El noveno campo de los quince previstos en Cataluña que ”la Caixa”, la Fundación Cruyff y la Fundación FC Barcelona han tenido el placer de inaugurar ha sido el de Reus, en el barrio de Mas Iglesias. Le han puesto el nombre de su embajador: el jugador del Barça, nacido en esta ciudad, Sergi Roberto.

El día de la inauguración, el sol acompañaba el entusiasmo y el alboroto de los niños de 6º de primaria que habían venido a ver de primera mano a su ídolo futbolístico. Después de los parlamentos institucionales, llegó el momento del partido amistoso entre dos inusuales equipos formados por unos cuantos chavales y dos capitanes muy especiales: Susila Cruyff, presidenta de la Fundación Cruyff e hija de Johan, y el propio Sergi Roberto.

DIPTICO SERGI ROBERTO

Antes de empezar, el jugador de 27 años del primer equipo del Barça —formado en la cantera de La Masia desde los 14 años y todo un ejemplo de perseverancia, compromiso y actitud— hizo una piña con los niños y les transmitió que su objetivo esa tarde era, por supuesto, ganar, pero sobre todo tenían que pasarlo bien. El partido terminó finalmente en empate y Arnau, uno de los chavales que marcó un gol, nos contó, al salir del terreno de juego, que al principio estaba muy nervioso porque le había tocado en el equipo de Sergi, pero que “tenía claro que quería marcar un gol para dedicárselo a mis compañeros, ¡y lo conseguí!”.

Los Cruyff Courts son áreas de juego seguras que educan a los más pequeños en hábitos saludables, para evitar el sedentarismo y prevenir la obesidad infantil y, además, como nos explicó Sergi, tienen las 14 reglas (o valores) de Johan Cruyff bien visibles: espíritu de equipo, responsabilidad, respeto por los demás, integración, iniciativa, cooperación, personalidad, participación social, técnica, táctica, desarrollo, aprendizaje continuo, juego en equipo y creatividad. Todo un kit de herramientas para la vida que contribuyen positivamente al crecimiento tanto físico como mental de los más pequeños, a partir de un sencillo balón.

Las abuelas de Sergi Roberto, Agripina y Rosita, de 92 y 96 años, que no habían querido perderse la inauguración, nos confesaron que ya desde bien pequeño Sergi desayunaba con la pelota debajo de la mesa. El lateral del Barça empezó a jugar al fútbol en el patio de su escuela y en las pistas de un polideportivo que había frente a su casa. “Cuando salía del cole y me iba a jugar al fútbol con los amigos era cuando más disfrutaba, y creo que ahora este Cruyff Court, con estas condiciones inmejorables, será perfecto para que todos los niños y niñas del barrio puedan aprender a jugar y divertirse”.

Texto: Laura Calçada
Ilustración: Marc Pallarés