La Asociación de Voluntarios de ”la Caixa” está formada por empleados en activo, jubilados, prejubilados, clientes, familiares y amigos. Los voluntarios de "la Caixa", de forma altruista y solidaria, centran su labor en diferentes causas sociales, proporcionando la ayuda necesaria a los colectivos más vulnerables. 

Durante el año 2018, un total de 3.750 voluntarios activos participaron en 3.460 actividades dedicando un total de 80.000 horas, en colaboración con entidades sociales de toda España, que beneficiaron a 168.000 personas. Su objetivo es provocar un impacto social positivo y su ámbito de actuación está centrado 5 grandes áreas:

- Pobreza infantil y exclusión social, para facilitar el desarrollo integral y el proceso de inclusión social de las personas en situación de vulnerabilidad, haciendo especial hincapié en la infancia. Uno de sus principales focos de actuación es paliar sitauciones de pobreza mediante la distribución de alimentos y el refuerzo educativo.

- Salud y personas mayores, que se centra en los ámbitos de discapacidad y salud mental, humanización de la salud de las personas mayores y envejecimiento. Las actividades se centran en la ayuda hospitalaria, actividades de envejecimiento activo, apoyo a enfermos crónicos o actividades con personas con diversidad funcional, entre otras.

- Empleabilidad e inserción laboral de las personas con mayor riesgo de vulnerabilidad social. Su objetivo es la resocialización de adultos excluidos a través del empleo y la reinserción de presos, entre otros.

- Educación financiera, para ayudar a la población a tener conocimientos básicos sobre finanzas y autoadministración económica. 

- Acción local diversa, en función de las necesidades sociales detectadas en cada territorio y no enmarcadas en los cuatro ejes anteriores, como son las actividades lúdicas, medioambientales, deportivas o culturales.

En total son 10.000 voluntarios organizados a través de 30 delegaciones territoriales. Entre los beneficiarios de su actividad están los mayores del centro sociosanitario El Pino en Las Palmas de Gran Canarias, que reciben el último miércoles de cada mes,a varios Voluntarios de ”la Caixa” para celebrar los cumpleaños de ese mes. Alma, la red social social, de "la Caixa" nos cuenta con todo lujo de detalles cómo es esa fiesta grande de cumpleaños.

Las velas que nunca se apagarán solas

El segundo previo a soplar las velas de un cumpleaños es siempre uno de esos momentos especiales en los que el tiempo se detiene. Y normalmente lo que lo hace tan especial es la gente que te acompaña en la celebración. Muchos Voluntarios de ”la Caixa” dedican parte de su tiempo libre a compartir ese preciso instante con personas mayores de distintas residencias. Un gesto que pocos conocen y muchos agradecen.

DIPTICO velas

Grandes y pequeños. Envueltos en papeles brillantes o con una hoja de periódico. Hechos a mano o comprados en una gran superficie. Hay regalos de todas las formas y para todos los gustos. Sin embargo, el más valioso de todos no se puede ver ni tocar. Es un concepto abstracto, fundamental en nuestra vida, pero que no terminamos de comprender del todo. Sí, se trata del tiempo. Y eso lo saben bien los mayores del centro sociosanitario El Pino en Las Palmas de Gran Canaria.

El último miércoles de cada mes, en este centro hay fiesta grande. Varios Voluntarios de ”la Caixa” los visitan para celebrar los aniversarios de todos los que cumplen años ese mes. La sala se llena de música, trozos de tarta y olor a velas recién sopladas. Pero, sobre todo, se llena de alegría compartida. Como cuenta Marcos Antonio Díaz, uno de los voluntarios, “durante todo el mes las personas mayores esperan con ilusión a que lo celebremos juntos. Abres la puerta y te los encuentras con una sonrisa deseando que les pongas el gorro o la banda de cumpleaños. Para ellos es una fiesta… ¡y para nosotros, también!”, exclama.

“Algunos te cuentan su vida. Hay historias muy bonitas y mucho que aprender para aplicar el día de mañana a tu propia vida porque, al final, todos seremos mayores algún día. A mí me aporta muchísimo conocer otros puntos de vista distintos al mío. Y, aunque suene a tópico, como voluntario es mucho más lo que se recibe que lo que se da”, dice Marcos, que lleva siete meses participando en esta iniciativa. “Tú vas a compartir con ellos tu tiempo, pero ellos sienten que vienes a celebrar su vida, que sigue un año más. ¡Y lo agradecen muchísimo!”.

Muchas veces, la pereza o el trabajo nos ganan y subestimamos el poder de los pequeños detalles, como acordarse del cumpleaños de alguien o ir a ver a nuestros abuelos más a menudo. Pero, al final, somos animales sociales. Necesitamos a los otros por naturaleza. Sin ellos, nuestra vida no tendría sentido. Y, aunque parezca que nuestro tiempo se nos escurre de las manos y que nunca tenemos suficiente ni para nosotros mismos, debemos recordar que, sin lugar a dudas es lo más valioso que podemos regalar a los demás.