Las políticas de igualdad repercuten positivamente en la economía de los países. Garantizar la igualdad en el mundo laboral tiene un beneficio directo en el crecimiento y la competitividad de las empresas. El Fondo Monetario Internacional publicó en octubre de 2018 el informe “Beneficios económicos de la inclusión de género: nuevos mecanismos, nueva evidencia” en el que recoge las ventajas de la reducción de la brecha laboral. Parte de la base de que la desigualdad es muy perjudicial para la productividad y el crecimiento e insta a las autoridades a centrar la atención en eliminar las barreras sin demora.

“Lograr una mayor paridad de género en las ganancias podría general un aumento del 18% de la riqueza del capital humano”, asegura el último informe publicado por el Banco Mundial al respecto. Mientras las mujeres no estén en puestos de responsabilidad del mismo modo que los hombres, se estará perdiendo el talento y la fuerza de la mitad de la población.

“Los beneficios de la paridad y de las políticas de igualdad son muchos, los orígenes de las políticas de igualdad en Europa tenían una doble fundamentación, la primera y más importante es la justicia social, mujeres y hombres deben ser iguales en derechos y en el desarrollo de sus vidas. Y por otro por una necesidad económica, era necesario incorporar plenamente a la economía a las mujeres para el desarrollo de las empresas, y de paso incentivar el consumo y mantener los niveles adquisitivos de los hogares”, explica Cristina García, secretaria de Igualdad y Juventud de UGT-Andalucía.

Según el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE) la tasa de empleo de la UE aumentaría significativamente si las mujeres disfrutasen de un mayor grado de igualdad en la oferta educativa y el mercado laboral.  Eso mejoraría la contratación y el empleo rondaría el 80% en 2050. Se crearían para entonces entre 6 y 10,5 millones de puestos de trabajo, de los que un 70% estarían ocupados por mujeres.

En el caso de Andalucía, aprovechar el talento femenino podría aumentar el PIB entre un 6 y un 10% del PIB per cápita y un 18% más de riqueza y desarrollo, según las conclusiones del informe “Porque yo lo valgo” sobre la brecha salarial elaborado por la Secretaría de Igualdad y Juventud de UGT Andalucía.

 

Beneficios de la reducción de la brecha de género

Los beneficios económicos provocados por la reducción de la brecha de género vienen sobre todo a través de dos mecanismos: diversidad de género y movilidad social.

Las mujeres aportan nuevas habilidades al entorno laboral. Existe un beneficio económico derivado de la diversidad aparte del que resulta de tener más personas trabajando y es que hombres y mujeres se complementan en el trabajo. Según el informe del FMI, la reducción de las brechas de género beneficia a ambos sexos, porque una participación femenina más elevada en el mercado laboral incrementa los salarios masculinos.

Además, en paralelo al aumento de la riqueza de los hogares se produce un crecimiento de la demanda de servicios y crece el empleo en este sector, donde hay mayor igualdad de género que en otros sectores. De esta manera la igualdad de género se desarrolla de forma natural y más inclusiva.

“El debate gasto o inversión cuando se incentiva la igualdad en un territorio o en una empresa es habitual, una negociación de una igualdad a coste cero no existe, si se quiere intervenir hay que poner recursos, aunque haya medidas que no supongan coste económico si no cambios en la gestión de recursos humanos y en la organización de los tiempos por ejemplo”, valora Cristina García quien lamente que, pese a que ahora las mujeres se han adaptado a lo que les exigía el mercado laboral en los años 60, que era tener menos hijos y estar mejor preparadas, no tienen los mismos derechos que los hombres. “Seguimos sin tener la misma oportunidad del pleno desarrollo de nuestro talento y visión, al estar infravaloradas e infrarrepresentadas en los puestos de poder y toma de decisiones, eso genera un efecto negativo para las mujeres en primer lugar, pero también para las entidades de las que forman parte, pues la involución y el estancamiento hacen que las organizaciones no sean competitivas, las mujeres somos la mitad de la población y nuestra visión es fundamental para todo. Un desarrollo económico sin desarrollo social hace a sociedades con dinero pero pobres en derechos humanos y modernidad”, enfatiza.

Desaprovechar el talento de las mujeres implica también una merma del Producto Interior Bruto. “No se contabiliza un trabajo fundamental para el mantenimiento de la estructura social actual: el tiempo de cuidados y el trabajo doméstico, que realizan las mujeres gratis o en economía sumergida”, comenta Cristina García. “Desaprovechar el talento de las mujeres y que no tengan acceso a los recursos económicos de la misma forma que los hombres, produce un efecto grave en el consumo y en el nivel de pobreza de un territorio”, concluye.