Pocas personas pueden decir en su vida que han paralizado una de las principales arterias de Nueva York. Shakira lo hizo este martes. La cantante colombiana convocó a sus fans en Times Square, uno de las enclaves más icónicos y transitados de la ciudad que nunca duerme, y la respuesta fue masiva. Miles de personas, en su mayoría jóvenes de diversas nacionalidades, asistieron a un concierto gratuito de la artista internacional para presentar su nuevo disco Las mujeres ya no lloran, que anunció poco antes del evento a través de sus canales oficiales.

Apenas una hora antes de comenzar el show de la colombiana, infinidad de turistas y neoyorquinos aguardaban con impaciencia entre las calles 45 y 46 del icónico lugar, donde se preparó un escenario en el techo de un edificio, flanqueado por las míticas pantallas de luces que proyectaban la imagen de Shakira junto a un balcón con una barandilla. Mientras tanto, un reloj insertado en una fotografía de la cantante marcaba la cuenta atrás para el inicio del delirio colectivo. Cuando restaba menos de un minuto, el público comenzó a corear su nombre antes de tornarse en gritos desenfrenados cuando el cronómetro llegó al cero.

Entonces se proyectó en las pantallas la imagen de una loba que se iría transformando en el rostro de la cantante, quien descendió al escenario improvisado en una plataforma y ataviada con un pantalón negro y un jersey primaveral del mismo color, con un collar de cristales y la melena al viento. La música comenzó a sonar, interpretando los primeros acordes de Las caderas no mienten como aperitivo del pequeño show de media hora en el que la cantante lo dio absolutamente todo hasta llevar a sus fans a un estado colindante al trance mientras cantaban a coro sus temas. Bailó, hipnotizó con su particular movimiento de caderas y saltó al escenario con una energía que eclipsó el pésimo sonido.

Su nuevo trabajo

Las mujeres ya no lloran es el primer álbum que saca a la luz la colombiana en siete años, quien se había focalizado en mimar su vida privada con sus dos hijos y su ya expareja Gerard Piqué. Pero ahora ha vuelto al ruedo y nada mejor que la icónica plaza neoyorquina para servir el entrante de una vida alejada de las penas y las decepciones y orientada a sí misma sin descuidar a dos de sus bienes más preciados.

Shakira protagonizó su última gira, El Dorado World Tour, en el año 2018. Han pasado seis años desde entonces, pero esa desconexión con la música no ha sido tal con sus fans, quienes siguen incondicionalmente cada paso que da la artista colombiana. Y así se vivió este martes en Nueva York. La intérprete de barranquilla, de 47 años, se soltó en el escenario como antes, como siempre. Sonrisas y besos a sus fieles, interpretaciones de sus mayores himnos, incluso los dedicados a Piqué tanto para bien como para mal. No podía faltar, por su puesto, su Bzrp Music Session, Vol 53, cuya letra bautiza su nuevo trabajo y, en definitiva, su próxima gira.

En este nuevo álbum Las mujeres ya no lloran, la intérprete abordará las interioridades de su compleja separación con Piqué y la posterior recuperación. Su autora lo ha descrito como “una conversación” con sus fans, donde se publicarán canciones que ya han reventado todo tipo de marcas mundiales, además de la adición de ocho nuevos temas. Un trabajo para el que ha contado con la colaboración de artistas como Cardi B, Karol G, Rauw, Alejandro Sanz, Manuel Turizo o agrupaciones mexicanas como Grupo Frontera, además de sus hijos Milan y Sasha. 16 temas en las que aborda todo tipo de géneros: del reguetón, a la bachata, pasando por el EDM e incluso corridos tumbados sierreños.

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