El pasado miércoles 7 de junio, Cristiano Ronaldo presentó URSU, su nuevo proyecto de comercialización de aguas embotelladas junto a Aguas Minerales de Ávila.
Desde un hotel de la Gran Vía madrileña, el portugués, que actualmente milita en el Al-Nassr saudí, ha mostrado su "orgullo" por comenzar la venta de su marca de agua embotellada, que, en este caso, será alcalina, mineral, natural y antioxidante, proveniente de El Oso, en Ávila.
En el acto el exjugador del Real Madrid estuvo acompañado por su pareja Georgina Rodríguez, que dejó atónitos a todos los presentes con la surrealista respuesta que dio cuando los medios le preguntaron sobre este nuevo producto. “A mí me encanta el agua. Me da muchísima salud estar hidratada y con esta agua os sentiréis más hidratados y notaréis como os calma más la sed”, explicó la modelo, dejando sin palabras a la prensa.
Inversión de 10 millones de euros
Además, en el acto el jugador también estuvo acompañado por el divulgador y nutricionista Aitor Sánchez y el socio de Cristiano y el administrador de Aguas Minerales de Ávila, Francisco Ferreira, quien ha avanzado una inversión de 10 millones de euros en una empresa ahora de 25 empleados que espera crecer hasta tener entre 50 y 60 en plantilla.
En cuanto a la producción, se embotellarán en el primer año unos 50 millones de unidades de agua URSU, una cifra que esperan "doblar" en el segundo curso. "En temas económicos y sociales, queremos mejorar la calidad de vida de la población en general", ha dicho Ferreira.
"Agua, salud y España, por eso solo pensamos en Cristiano como socio. Le damos las gracias por su dedicación, es un entendido en agua. Si piensas en alguien que puede personificar el cuidado de la salud y el rendimiento, solo se me vino a la cabeza Cristiano", ha explicado el empresario, que ha anunciado que el agua URSU se podrá comprar en El Corte Inglés, Carrefour y Día.
Ronaldo ha subrayado que invierte en este nuevo negocio por el carácter "medicinal" de este agua, con "características que muy pocas aguas en el mundo pueden tener". "Solo pido que la prueben. Siendo Cristiano, hay dobles ojos mirando a ver si todo está bien en los controles. Es un proyecto muy interesante, que me motivó muchísimo", ha relatado.
"No es un proyecto más, es algo muy interesante para mí, estoy seguro de que tendremos éxito, porque el proyecto es de calidad. Un negocio con esta magnitud, yo tenía que valorarlo. Hubo sintonía con la gente, es una empresa de gente 'top'", ha agregado un Cristiano que advirtió que su carrera "terminará en algunos años", por lo que está "preparando el futuro".
Cristiano ha afirmado que "los españoles no se pueden quejar, vengo con restaurantes, clínicas, aguas... Ayudo a España de alguna forma, tengo mucho cariño por España". "Mi mujer es española. Yo tengo casa aquí, espero venir aquí algún día. Seguramente, me venga a vivir en un futuro", ha concluido.
Cristiano y Georgina zanjan los rumores de crisis
Por último, el acto también sirvió para que la pareja zanjara los constantes rumores que aparecen en la prensa del corazón sobre una supuesta crisis que estarían atravesando. “Mi familia está siempre conmigo, Gio está conmigo en todos mis proyectos y yo también la apoyo. Ella está haciendo su camino y la apoyo al 100%. Va a estar siempre conmigo y yo con ella, los dos juntos somos mucho más fuertes”, aseguró Cristiano.
Unas declaraciones que Georgina, acompañada por su hermana Ivana Rodríguez y su cuñado Carlos García escuchó con una gran sonrisa intercambiando miradas cómplices con el portugués.
Presumiendo de su escultural figura, la modelo acaparó todas las miradas con un ajustadísimo minivestido en color gris que combinó con cazadora vaquera, botas altas de taconazo en color blanco y bolso de Hermes en el mismo tono, además de espectaculares joyas -pendientes y colgante de esmeraldas- y el pelo recogido en un moño tirante.
Tras la presentación, y después de abandonar el hotel escoltados por la Policía debido a la gran cantidad de fans que se agolparon a las puertas para ver de cerca a Ronaldo, la pareja disfrutó de una cena en uno de los restaurantes más exclusivos de la capital con un grupo de amigos entre los que se encontraba la hermana de la influencer.
Intentando esquivar a la prensa y también a sus incondicionales, el futbolista y su novia salieron del local directamente en un coche con los cristales tintados, que prefirieron no bajar a pesar de las súplicas y golpes al vehículo de todos los que querían que se hiciese una fotografía con ellos y les firmase un autógrafo.