Carlos Jean es una de las caras más conocidas de la producción musical en nuestro país. El artista nacido en Ferrol ha dedicado más de dos décadas de su vida a la composición y creación artísticas con un claro objetivo en mente: reinventarse y aportar nuevos sonidos y formas de concebir este arte. A sus casi 50 años, ha sido nominado seis veces a los Grammy latinos y premiado con un Ondas a mejor DJ. En esta última etapa artística se ha alejado de la producción de canciones para otros artistas para centrarse en lo que él denomina su “proyecto fin de carrera”: la composición de bandas sonoras. El último EP de Jean es una recopilación de los temas que han puesto banda sonora a la nueva serie de Netflix Hasta el cielo y ElPlural.com se ha puesto en contacto con el artista para charlar sobre la creación artística del proyecto y su experiencia colaborando junto a estrellas de la música urbana como Villano Antillano.

PREGUNTA (P): A lo largo de tu carrera profesional has abarcado distintos campos artísticos como la producción, la composición, el canto e incluso la publicidad. Partiendo de la base de que cuentas con una amplísima experiencia en el sector, ¿qué crees que te ha aportado la composición de bandas sonoras? ¿Qué tiene de especial crear la música que acompaña a toda una serie?

RESPUESTA (R): La banda sonora es como el proyecto fin de carrera. Ya he hecho canciones de pop, ya he pinchado... Lo importante y lo diferencial es lo que he empezado a hacer ahora. A mi edad, que tengo casi 50 años, es súper emocionante dedicar la mayor parte de mi tiempo a este campo en el que ya había hecho cositas, pero ahora de forma mucho más constante. En los últimos dos años, esto es a lo que me he dedicado. Creo que es lo más aspiracional para un músico porque estamos muy acostumbrados a hacer temas que son obras de tres minutos o canciones que van muy enfocadas a lo que se está escuchando.

Componer bandas sonoras es mi proyecto fin de carrera

La música incidental tiene algo muy bonito, que comienzas a hacer cuando recibes el guión. Mientras lo lees, estás componiendo, te sientas en el piano, empiezas a mirar, empiezas a pensar qué vestido le pones a esa frase y entonces a partir de ahí empiezas a trabajar un mundo que te lleva a tener que componer una canción que dura una hora y media. Entonces tiene una complejidad especial, un desarrollo armónico especial y un cuidado. También dispones de unos medios que normalmente no tienes. En esta en concreto no porque es muy electrónica y muy urbana, pero en Combustión, que fue la peli anterior que hice, grabé con una sinfónica y tienes la capacidad de grabar con 47 músicos que tocan increíble todo lo que llevas trabajando seis meses antes. Entonces es ultra satisfactorio.

P: ¿Cómo ha sido el proceso de composición? ¿Qué ha supuesto para ti a nivel personal y profesional formar parte de un proyecto para una plataforma tan popular como Netflix?

R: Lo importante aquí es la música incidental. Digamos que para mí lo más importante es toda la música que muchas veces no escuchamos, pero sí estamos oyendo constantemente durante la película.. Y luego hay un montón de canciones que están guardadas en el cajón y en el momento de componer los temas para la serie piensas: ¿por qué voy a dejar guardadas estas canciones que son increíbles? ¿Por qué no, de repente, puedo adaptarlas a un momento concreto como puede ser la escena de la discoteca donde aparece la Villana o por qué no, de repente están juntos en un coche y usamos una base rapera de la que llevo mucho tiempo hablando con Costa? Trabajar con Netflix te permite meterte en el corazoncito de la gente porque consigues que le llegue a mucha gente.

P: ¿Cómo ha sido trabajar con un artista tan importante de la música urbana como Villano Antillano? ¿Cómo fue el proceso creativo de Kriptonita? ¿Os juntasteis para hacerla de cero o tenías ya una idea?

R: Teníamos la idea y habíamos hablado, pero no nos conocíamos. Ella vino a Madrid, nos conocimos y la historia de la grabación es increíble. Yo estaba de los nervios porque el tema no estaba hecho y cada vez teníamos menos tiempo. Me enteré de que la Villana venía a Madrid para una presentación y fui para que nos pusiéramos cara porque no nos conocíamos de nada. Yo estaba esperando a Bebe para entrar al camerino, me había puesto guapete para ver a la Villana y justo antes de entrar al camerino, pasa un camarero con una bandeja de copas, se tropieza y se me cae todo encima. Un rato después entro con mi cazadora manchada y nos presenta Bebe. Eran las 3 de la madrugada y después de charlar un rato dice: '¿Bueno qué hacemos? ¡Vámonos al estudio!'. Una vez allí, pillamos muchas bebidas, la Villana se tiró dos horas componiendo la canción y escribiéndola en su móvil, y al rato le puse el micro y empezó a vomitar toda la canción. Fue espectacular.   

Le puse el micro y empezó a vomitar la canción. Fue espectacular

P: Lo que más me ha llamado la atención del EP es la fusión de estilos y sonidos. En ‘Quisiera volverme buena’ mezclas ese sonido más orgánico propio del flamenco (guitarra, palmas, etc.) con música electrónica. ¿De dónde surge esta idea?

R: Realmente, llevo toda la vida haciendo eso. En este caso quise mezclar una canción que ya estaba hecha, Los malos de elbicho (que fue un hit increíble hace unos años en España), y luego la Mala Rodríguez hizo de la Mala que conocíamos de siempre. Rapeando, mezclado con mis bases, suena así. Vivimos mezclando muchos planos musicales, y creo que ese es en parte el esquema del éxito. Lo que tú quieres hacer se cruza y tiene este resultado. A mi me parece un temazo, vamos a rodar el vídeo dentro de muy poco y va a ser como una especie de caravana gitana. Nos vamos a juntar muchos artistas, como el rapero Costa para hacer cosas y eso para mí tiene una clara influencia del flamenco, o de las raíces españolas mezcladas en este estilo.

Vivimos mezclando muchos planos musicales y yo creo que ese es en parte el esquema del éxito

Al final la producción de la serie surge de la diversidad del cajón de mi estudio, y es que yo trabajo música, no trabajo en estilos. Me gusta investigar y mezclarlos. Jamás me encasillaré en un estilo. Si vienes a un concierto mío, seguramente no sepas lo que vas a escuchar y el disco es un reflejo de esto.

P: Escuchando el EP he notado varias referencias a otros artistas y estilos. El bajo y la producción de ‘Quisiera Volverme buena’ me recuerdan mucho a ‘Saoko’ de Rosalía. ¿Has trabajado con una idea concreta de estilos y sonidos o las referencias son más bien casuales?

R: No sé si hay muchas referencias. A mí me gusta escuchar mucho lo que está ocurriendo ahora. Las canciones coinciden temporalmente, entonces al final todo confluye. Los temas combinan estilos y sonidos porque mi intención era adaptarlas a la escena en sí. La serie empieza con una persecución de jamones y en ese momento, la combinación de la Mala y elbicho quedaba espectacular. Lo bueno es que tienes la capacidad de poder utilizar esas canciones y variarlas para que se adapten a la escena como quieras. Todo lo que hago viene de la cantidad de cosas que escucho y mi estilo nunca está definido.