La imagen pública del rey Juan Carlos I no está en uno de sus mejores momentos debido a los escándalos que lo envuelven. Pilar Eyre, en su blog de la revista Lecturas, ha dedicado un texto al emérito. No solamente habla de Juan Carlos, sino que también lo hace del resto de la familia real y sus “espectaculares e idílicas” vacaciones en las Baleares.

“Hay que decir que Sofía y Juanito iban al mismo tiempo y con más discreción, pero con mucho más entusiasmo, a pasar el resto del verano a Mallorca. Los primeros años se alojaban en el hotel Son Vida, el Victoria o el Club Náutico”, comienza relatando Eyre. “Entonces, la modestia y la austeridad presidían estas vacaciones familiares”, sigue contando la periodista para dar paso a los amoríos del rey: “Los reyes de España estaban de moda, se los veía como una pareja moderna, de gran fuerza icónica, aunque casi nadie conocía entonces las tormentas que agitaban su matrimonio”.

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“El rey, bronceado, sexy, atlético, elegante, luciendo carillas y el postizo que le arreglaba Iranzo todas las semanas, era no solo el rey de España, sino el rey del mundo. Como me dijo un amigo suyo entonces: ‘¡Se le ofrecían todas! ¿Qué con cuántas estuvo? ¡Yo qué sé! ¡Mil quinientas!’”, termina asegurando Eyre en su texto.

Las declaraciones de la escritora van más allá y cuenta en lo que se han convertido esas vacaciones y el palacio: “Don Juan Carlos, separado de hecho de doña Sofía, ha preferido dejar el inmenso palacio de 9.000 metros cuadrados, esculturas de Miró en los cuidados jardines franceses, tres edificaciones anexas, piscina y solárium, y decenas de personas de servicio, para el uso y disfrute de su mujer y su cuñada, las únicas habitantes fijas del enorme complejo”.