Alexandra Elena Mozarowsky Ruiz de Frías, conocida como Sandra Mozarowsky, fue una famosa actriz de los años 70 que protagonizó numerosas películas que entraban dentro del género bautizado como "cine de destape". Era una época de liberación sexual a nivel mundial y en España coincidió con la agonía del régimen franquista. Hija de un diplomático ruso y una española, Mozarowsky debutó en el cine con El otro árbol de Guernica a los 10 años. Con el paso del tiempo fue rodando más largometrajes y acabó por convertirse en un mito erótico en la España postfranquista gracias a sus apariciones en películas como El mariscal del infiernoEl hombre de los hongosCall-Girl (La vida privada de una señorita bien) o Abortar en Londres.

Tras una gris censura que duró décadas, España vio cómo florecía un tipo de cine marcado por bellas mujeres que mostraban sin pudor su cuerpo. Una de ellas era Mozarowsky, quien acabó siendo amante de Juan Carlos I. El rey se quedó prendado de la joven de 18 años y trató de llegar hasta ella. Medios de la época apuntan que Mozarowsky trabajaba en un burdel propiedad del actor Paco Martínez Soria. El actor era muy amigo de Barbara Rey y pudo ser ella quien los presentara. Una relación más del rey. Lo típico de la época. Sin embargo, el destino escondía un trágico desenlace.

Durante la madrugada del 24 de agosto de 1977, la joven actriz cayó al vacío desde la ventana del piso en el que vivía en Madrid y, tras 22 días en coma, Mozarowsky terminó muriendo. La versión oficial relata que la actriz se precipitó al vacío mientras regaba las plantas. Otras versiones apuntan al suicidio. Y lo que es peor: en la época se habló de su relación con Juan Carlos I y que podría estar embarazada, tal y como lo relata Andrew Morton en su libro Ladies of Spain.

Asimismo, la escritora Clara Usón pone en duda la versión oficial de su muerte en el libro El asesino tímido. A pesar de los informes forenses, la autora sospecha de un oscuro desenlace y afirma que la actriz estaba embarazada. Además, destaca que se había declarado antiabortista, lo cual pone en duda la hipótesis del suicidio. También refuta la teoría del accidente: "La barandilla le llegaba al codo y las macetas estaban en el suelo. Se publicó que era un cuarto piso, pero en realidad era un segundo. Y nadie riega unas macetas que están en el suelo sacando la cabeza y el brazo por la ventana. Como fuera, cayó a la calle, quedó en coma, inconsciente, desangrándose, y nadie llamó a una ambulancia ni a la policía. Un taxista, que bien sabría lo que tenía que hacer, que era llamar a la policía, porque tenía que haber un atestado, fue el que la llevó al hospital. No hubo ninguna ambulancia. La autopsia no se hizo pública... El padre dijo que bajó pero volvió a subir porque se había dejado las llaves. La madre que se quedó viendo la televisión mientras él iba a buscar a su hija al hospital... Es inverosímil. Mi conclusión es que no estaban en casa”, explica.

El escritor y periodista Javier Bleda también ha investigado sobre el tema y así relata en Diario 16 qué hizo Juan Carlos I al enterarse del embarazo: "El rey de alguna manera, y lo digo con conocimiento de causa por mis informaciones directas, era pues como un niño. Llega y dice: he hecho esto. Arréglalo. Es decir, es importante dar a conocer que, en todo esto que estamos comentando, el rey no tuvo nada que ver en la organización de todo lo que pasó después. En dejar embarazada a una menor sí. En abusar de su poder sí. Pero después, una vez que se enteró de que estaba embarazada, habló con el Marqués de Mondéjar para que le arreglase los problemas, pero vamos, como después habló con Emilio Alonso Manglano, el jefe de los servicios secretos, para otras cosas, para otras amantes".

El autor también relata que los servicios secretos contratan a delincuentes callejeros para hacer trabajos sucios. Apunta que a Mozarowsky la acosaron y amedrentaron para que abortara a un supuesto heredero real. Sin embargo, ella se negó en todo momento: "Estos delincuentes subieron a la casa. Y la idea era decirle: nena, o abortas, o te abortamos. Llegado el momento se les fue la cosa de las manos, ella se puso muy nerviosa y al final, en el forcejeo, ella cayó por la terraza". 

A lo largo de los años y a pesar de la defensa a ultranza de los medios de comunicación para salvaguardar la imagen de Juan Carlos I, hemos sabido cómo de oscura ha sido su vida. Amadeo Martínez Inglés, coronel retirado del Ejército, narra en su libro Juan Carlos I. El rey de las cinco mil amantes las andanzas sexuales del emérito: "Este Borbón tiene 20 hijos naturales", relató en una entrevista con ElPlural.com.