El pasado 27 de junio España decía adiós a Carmen Sevilla. La mítica artista se iba en silencio a los 92 años y de manera discreta. No tuvo un velatorio público para que familiares y compañeros de profesión pudiesen despedirse de ella tras varios años viviendo sin visitas ajenas desde la residencia de Aravaca en la que vivía. La decisión la tomó su hijo Augusto Algueró, que también fue el que decidió que su madre fuera incinerada en el tanatorio de Pozuelo de Alarcón.

Sin embargo, las cenizas de la artista continúan aún en ese tanatorio, gestionado por Funespaña."Están allí y que pueden ser recogidas en cualquier momento, bien por su hijo, que fue quien firmó todos los permisos para que se llevase a cabo el proceso, o por cualquiera que lleve una autorización de este con la fotocopia de su DNI", indican a ABC desde el tanatorio.

Sorprende que 106 días después de su incineración sus cenizas sigan sin ser recogidas. De hecho, lo normal es recogerlas dos días después de la incineración, aunque tienen un depósito donde pasado un año aproximadamente se contacta con los familiares para ver si van a recogerlas o por el contrario prefieren que sean esparcidas en una especie de vertedero con el que cuentan los crematorios y que sirve como un lugar de recuerdo común.

Tanatorio restringido

Una de las cuestiones que más sorprendieron era el coto a despedir a Carmen Sevilla. "Ahora mismo, todos los que vamos a entrar, que somos muy poquitos, es única y exclusivamente familia directa de lazos de sangre con mi madre, exceptuando dos personas que son las que han cuidado a mi madre durante los últimos años, que son Angelines y Alejandra, que han convivido 24 por siete con mi madre durante años, cuidándola y protegiéndola", declaró el hijo de la actriz a su llegada al tanatorio de Pozuelo de Alarcón.

El vidente Rappel fue el único amigo de la artista que se impuso a la voluntad de la familia y organizó una misa funeral en el mes de julio y que fue oficiada por el padre Ángel. Al final contó con el beneplácito de Augusto, quien le trasladó una carta que se leyó al final de la celebración: "Me habría gustado ir al funeral, pero no me encuentro con fuerzas y espero comprendáis. Para mí era, ante todo, mi madre".

El próximo lunes 16 de octubre, sus sobrinas Carmen y Elena, han organizado una misa funeral en honor de su tía a las 20 horas en la Iglesia de San Francisco de Borja, en la madrileña calle Serrano.

El adiós a una de las grandes

La presentadora de Cine de Barrio llevaba once años ingresada en una residencia geriátrica de Aravaca en la que recibía atención las 24 horas del día a causa del grave estado de su enfermedad y su última aparición de la famosa cantante y actriz tuvo lugar en la gala del 20 aniversario de Telecinco, un evento en el que los seguidores de la reconocida presentadora pudieron observar de primera mano las consecuencias de su problema de salud, pues el discurso incongruente tuvo que ser cortado por los presentadores de la gala.

Toda una vida dedicada a las cámaras

María del Carmen García Galisteo, nombre de pila, nació el 16 de octubre de 1930 en Sevilla. Desde muy joven, la artista demostró tener un gran talento en distintos campos artísticos como la danza o la actuación y su rostro protagonizó una gran parte de la industria del entretenimiento en España entre 1950 y 1960.

Carmen Sevilla comenzó su carrera artística como bailarina en la compañía Estrellita Castro. En 1947 hizo su debut en el cine en la película Serenata española. A pesar de su breve aparición, su carrera actoral despegó y en poco tiempo se consolidó como una de las principales actrices del cine español. Las películas folclóricas fueron esenciales en su trayectoria profesional y entre las más destacadas se encuentran Jalisco canta en Sevilla y Violetas imperiales. La actriz también dejó huella en otros géneros cinematográficos como el drama y la comedia y también destacó por sus papeles en películas internacionales como la estadounidense Rey de reyes.

Al margen del cine, Carmen fue reconocida por su papel como presentadora de programas míticos de la televisión como Aplauso y Carmen en el recuerdo, donde demostró su también talento y capacidad comunicativa.

Después de décadas haciendo contribuciones a la cultura del país, en 1978 protagonizó su última película, Rostros. Su despedida del mundo de la actuación motivó a la protagonista a seguir desarrollando otra de sus grandes pasiones: la música. En la década de los 90 presentó el programa Telecupón y a finales de esta década participó en una comedia dramática llamada Ada Madrina.

Su última etapa profesional comenzó en 2004, año en el que la presentadora fue contratada para dirigir el show Cine de barrio. Estuvo al frente del programa durante seis años, de 2004 a 2010 y su última aparición en televisión fue precisamente en dicho show, aunque esta vez como invitada para presentar la película Camino del Rocío.

La muerte de Carmen ha causado una gran tristeza entre los amantes del cine y la televisión española, que recordarán con cariño y honor el legado de una mujer que dedicó toda su vida a la cultura de nuestro país.