El director de cine Alejandro Amenábar ha concedido una extensa entrevista a la revista XL Semanal, en la que no ha dudado en hablar con franqueza sobre la situación política y social en España, así como sobre el papel de la extrema derecha en el retroceso de derechos y libertades. En un contexto marcado por la polarización y por debates cada vez más tensos sobre la diversidad sexual, el cineasta ha respondido con contundencia a preguntas relacionadas con la postura de Vox y con el propio Santiago Abascal, aunque sin llegar a mencionarlo de forma directa.
Uno de los puntos centrales de la entrevista ha girado en torno a una encuesta reciente que revela un descenso en el apoyo al colectivo LGTBIQ+ en Europa. Preguntado por las razones de este fenómeno, Amenábar no ha andado con rodeos: “Al auge del fascismo. Con Ágora, en 2009, ya advertí de cómo el fanatismo impone a los demás su modo de vivir, pensar, sentir... Y los asaltos al Congreso en Washington y Brasilia remiten claramente al de la biblioteca de Alejandría”, ha apuntado.
De esta manera, el director de títulos como ‘Mar adentro’ o ‘Los otros’ ha establecido un paralelismo entre episodios históricos de intolerancia y los acontecimientos más recientes, en los que la democracia se ha visto amenazada por movimientos extremistas. Amenábar también ha lanzado una reflexión directa a quienes critican el sistema político español mientras aplauden a líderes internacionales de corte ultraconservador: “¿Cómo puedes proclamar que España es una dictadura y luego aplaudir a tipos como Trump y Milei?”, se ha preguntado con tono crítico.
En su opinión, existe una contradicción evidente entre defender las libertades en el discurso y, al mismo tiempo, respaldar a políticos que cuestionan la convivencia democrática. En otro pasaje de la conversación, el cineasta ha insistido en la necesidad de marcar límites claros frente a los discursos de odio: “Debemos plantarnos ante quienes propagan el odio porque la convivencia es imposible si todos nos vamos a los extremos”, ha defendido.
Si bien no ha mencionado explícitamente a Santiago Abascal, líder de Vox, sus palabras parecían dirigidas a las posturas que desde esa formación han buscado vincular a menudo la homosexualidad con conductas delictivas. El entrevistador le ha recordado, en ese sentido, las declaraciones de dirigentes de Vox en mítines donde se relacionaba la homosexualidad con la pederastia. La respuesta de Amenábar fue firme: “Sí, asociar la homosexualidad a la pederastia, por lo visto, les da votos. Es terrible. Pero luego no dicen nada de los casos de abusos en la Iglesia”. Con esta afirmación, el cineasta ha puesto de relieve lo que considera una doble vara de medir en el discurso político de la ultraderecha.
Más allá de la coyuntura política, Amenábar también ha hablado de su experiencia personal como figura pública abiertamente homosexual. Preguntado si cree que su condición sexual ha sido utilizada en su contra, ha reconocido que la homofobia sigue siendo un problema latente: “Sí, la homofobia nos rodea. Comparado con otros, soy afortunado en materia de discriminación, pero dedicar un solo segundo a acusaciones tan ridículas es insultarme a mí mismo”, ha aseverado.
El director ha recordado que la sociedad debería valorar a los creadores por su talento y sus aportaciones culturales, y no por su vida privada: “Valoramos a Cervantes, o a Lorca, por sus obras, no por su condición sexual”, ha apostillado, reivindicando así la importancia de separar la creación artística de la identidad personal del autor.
Con estas declaraciones, Amenábar se suma a la lista de figuras públicas que, en los últimos años, han utilizado su voz para alertar sobre el retroceso en derechos fundamentales y la normalización de discursos excluyentes. En un momento en que Europa vive un resurgir de movimientos ultraderechistas y en el que el colectivo LGTBIQ+ se enfrenta a nuevos desafíos, la voz de un referente cultural como Amenábar resuena con fuerza.