Las declaraciones de Santiago Abascal, líder de Vox, en las que, para sorpresa de muchos, ha cargado contra la Iglesia tras la defensa de la comunidad musulmana de Jumilla que realizaron algunos obispos españoles, los cuales aludieron a la libertad de culto, considerando que la moción aprobada en esta localidad que veta el uso de instalaciones municipales para celebrar fiestas musulmanas se trata de una discriminación para nada propia de una democracia. Un alegato que parece no haber sentado bien al político, que ha cargado contra la institución cristiana con argumentos poco sólidos relacionados con Cáritas, hablando de una opresión estatal que la financia o, de repente, mostrando una gran preocupación por los casos de pederastia, a los que antes no había prestado mucha atención. Unas declaraciones que se dieron fruto de las discrepancias que la formación política posee con la Iglesia en materia migratoria.
Este curioso hecho relacionado con un partido que suele presentarse tan religioso fue tan poco esperado como cuando en pandemia, para sus miembros, redujeron la figura del Papa a la de "ciudadano Bergoglio". Unas declaraciones las de Abascal que fueron analizadas en el programa de Malas Lenguas, donde conectaron con la analista política Sarah Santaolalla, quien ofreció su opinión sobre este tema, mostrándose muy en contra de esta formación política.
Para Santaolalla, Vox "se está quedando muy fuera de los márgenes de la sociedad". Un alegato que hacía explicando que, cada vez, quedan más lejos del ciudadano normal que ha trabajado toda la vida, de los que han compartido puestos de trabajo con personas de otro país, de quienes se han enamorado de alguien de su mismo sexo o los que han visto como alguien de su entorno ha sido víctima de malos tratos. Por ello, Santaolalla se mostraba muy molesta con que, a día de hoy, se hayan rebajado ciertos marcos y discursos, sin que surjan en torno a ellos una preocupación que debería de estar presente y que resulta, quizás, escasa.
Hemos normalizado que estos fascistas no solo tengan un partido, sino que cuenten con representación en el Congreso
De esta manera, la analista política encontraba la necesidad de volver a construir una sociedad sana, así como hallar una democracia más sana, y, por ello, se mostraba rotunda afirmando que "habría que ilegalizar partidos como Vox, que no deberían de estar en nuestra sociedad".
Según expusieron en Malas Lenguas, el 75% de los seguidores de Vox se declaran católicos y, en los últimos dos meses, la formación acumula 300.000 nuevos votantes, un aumento que se da, tal y como señalaban en este espacio de RTVE, en plena ofensiva de la formación contra la Iglesia y los inmigrantes. Esta se trata de una subida de seis puntos que sucede en un período de tiempo en el que han tenido lugar los sucesos de Torre Pacheco, Jumilla y estas polémicas palabras de Santiago Abascal, por lo cual deducen que sus adeptos apoyan las posturas que mantienen.