El programa de laSexta, en su sección “roja Navidad”, ha versionado el conocido villancico navideño Los peces en el río. El cambio de letra ha ido enfocado a criticar, con tono humorístico, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y los casos que cercan a su pareja, Alberto González Amador, procesado por dos delitos de fraude fiscal.
“El novio se ha estao forrando entre mordida y mordida”, ha comenzado el villancico que cantaban los presentadores del programa. Siguiendo el ritmo de la canción, el siguiente verso se ha enfocado en el destacable ático que se compró el novio de Ayuso por una hipoteca de 600.000 euros: “Tiene un ático tocho y un Masseratti que flipas”.
En el momento que toca el estribillo del villancico, continuando con las críticas, ha sido el turno de mencionar el caso de las mascarillas y el fraude fiscal por el que se investiga a González Amador: “Pero mira cómo vive, el Covid le ha hecho rico, pero mira cómo vive tras estafar al fisco”. “Trinca que trinca el novio de Isabel. No se marcha de España y es gracias al Lawfare", ha concluido la cómica actuación.
El villancico que ha elaborado El Intermedio se ha vuelto viral en redes sociales en cuestión de horas, llegando así a superar las veintiún mil reproducciones en X, antes Twitter.
Cabe destacar que Ayuso y su pareja no fueron los únicos salpicados con la ‘roja navidad', sino que el expresidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón también se ha llevado un regalo estas fiestas por parte del programa. Bajo el compás de Mi burrito sabanero, el ex jefe del Consell se ha llevado críticas como "con mi chupito en El Ventorro, tú tranquila Maribel" que sustituiría la famosa frase de "con mi burrito sabanero, voy camino de Belén".
El caso del novio de Ayuso
El empresario Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, está imputado por presuntos delitos relacionados con un fraude fiscal de unos 350.000 € ante Hacienda durante los ejercicios de 2020 y 2021, y por falsedad documental, al utilizar facturas que no correspondían a servicios realmente prestados con el objetivo de rebajar la cuota tributaria. Además de esas acusaciones principales, la investigación se ha ampliado a otros posibles delitos como corrupción en los negocios y administración desleal, por supuestas operaciones societarias irregulares, y la Fiscalía ha señalado incluso lo que considera una maniobra dilatoria dentro del proceso judicial.
En el marco del mismo caso, la defensa de González Amador ha tratado de limitar el impacto mediático y judicial, e incluso ha participado en procedimientos paralelos —como el contra el fiscal general por supuesta revelación de secretos— aunque una reciente sentencia del Tribunal Supremo rebaja ese argumento de “victimismo”, subrayando que los hechos que pesan sobre el empresario no eran un secreto y calificando como “inadmisible” la exagerada indemnización solicitada por él. En declaraciones ante el propio Supremo, González Amador llegó a afirmar que su principal preocupación era que el procedimiento no “salpicara” a Ayuso, reconociendo que las pesquisas acabarían saliendo a la luz.