El Jamongol Rally Team ya está en camino, en concreto desde que sus integrantes decidieron poner en marcha esta experiencia. Por delante tienen nada más y nada menos que alrededor de 15.000 kilómetros, 16 países y todo en su 'Jamoneta', el monovolumen que les servirá de vehículo, casa, wc, despensa... El equipo lo componen tres locos: José Manuel Martín (Josete), Florentino Lafuente (Tino) y Carlos Bobillo (Bobi).

En un arrebato que poco tiene de improvisación, toman parte en la edición de este año del Mongol Rally, conocido por su excentricidad a la hora de las normas, puesto que, para empezar, todos los participantes lo hacen en vehículos de segunda mano (cuasi destartalados) y tienen un objetivo: lograr recaudar más de 1.000 libras para destinarlas a alguna acción de carácter social.

En el caso de este equipo español, si ya la aventura en sí supone todo un récord, para cumplir con uno de sus patrocinadores se han propuesto llevar un 'jamón viajero', con el compromiso de comer de la pieza en todos los países por los que pasan.

Charlamos con Tino, uno de los tres 'locos' que se embarcan en una aventura cuya meta va más allá de Ulán Bator, Mongolia (fin del rally) y llega hasta Burundi, país africano que conocen bien y al que no pueden volver desde hace dos años debido a la situación de inestabilidad política por la que atraviesa. A su pueblo destinarán todo lo que consigan recaudar. Por cierto, también donarán a 'Jamoneta' a una ONG que trabaje en Mongolia. El objetivo que se han marcado es superar los 2.500 euros para lo cual las redes sociales se han convertido en sus aliados. 

¿De dónde nace la idea de lanzaros a esta aventura?

La idea surge hace unos 8 años, cuando escuchamos hablar del Mongol Rally por primera vez, que por entonces empezaba a dar sus primeros pasos. La vida, sin embargo, da muchas vueltas, y por falta de dinero, de tiempo o, simplemente, porque teníamos otros planes, fueron pasando los años sin que consiguiéramos lanzarnos a la piscina. Cuando lentamente la idea de hacer el viaje empezaba a desvanecerse y parecía que nunca lo íbamos a conseguir, hace un par de años empezó a calentarse la cosa. En 2014, hicimos un primer road trip "en serio" desde Burundi, país al que le tenemos especial cariño por ser el que nos unió años atrás, hasta Zanzíbar, bordeando todo el lago Victoria, en un viaje que nos marcó para siempre. Un año más tarde, nos adentramos con un 4x4 en las faldas del Sáhara con éxito. Fue precisamente al volver de Marruecos, donde también aprovechamos para realizar una pequeña labor solidaria, cuando nos prometimos que en este 2016 era el todo o nada: o dejábamos de hacer el tonto o nos íbamos a Mongolia.

Y ahí empezó todo...

Lo que al principio comenzó con unas cervezas y un "os imagináis si...", finalmente ha acabado un año más tarde con un coche lleno de cosas y de ilusiones con el objetivo de vivir la aventura de nuestras vidas y hacer de este mundo un lugar un poco mejor.

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Vosotros conocéis bien Burundi. ¿Cuál es la situación actual del país?

No es tan crítica como hace 15 meses, cuando la rebelión en las calles de la capital, Bujumbura, estalló junto con el intento de golpe de estado. No obstante, la normalidad y estabilidad siguen sin instaurarse en el país. Continúan produciéndose asesinatos selectivos de altos cargos y miembros de diferentes partidos políticos y se mantiene el bloqueo de las ayudas económicas desde los países desarrollados.

¿Qué os dicen vuestros contactos de allí?

Lo cierto es que los mensajes que recibimos en ocasiones son confusos y hacen referencia a realidades diametralmente opuestas. Partiendo de la base de que el problema tiene un trasfondo eminentemente político, cada ciudadano tiene su visión de los hechos y opinión, normalmente muy sesgada y poco objetiva. No obstante, la realidad es que la inestabilidad geopolítica no permite garantizar la seguridad del pueblo, circunstancia que ha impedido la presencia de ASU ONG (Asociación Solidaria Universitaria) –la organización con la que colaboramos activamente desde hace años– en el terreno en los dos últimos veranos. Pero continuamos mandando ayudas a nuestra contraparte en el terreno y promoviendo campañas de cooperación al desarrollo.

¿No será todo esto un montaje para pegaros unas vacaciones por la cara?

¡En absoluto! La mayoría del coste del viaje nos lo costeamos nosotros mismos, como no podía ser de otra forma. Adicionalmente contamos con el apoyo de varios patrocinadores que participan en esta aventura proveyéndonos de diferentes bienes y servicios necesarios. El modelo de recaudación y financiación de la causa solidaria para abastecer de medicamentos a los dispensarios médicos de Ndava y de la Universidad de Ngozi es algo independiente a la organización del viaje en sí. Todo la ayuda económica recaudada en la plataforma de crowdfunding se va a destinar a la compra de medicamentos.

¿A qué le tenéis más miedo antes de salir?

Los últimos acontecimientos políticos en Turquía y otros países que vamos a atravesar nos preocupan bastante. Pero dejando de lado estas cuestiones, hay varias puntos críticos que debemos cuidar. El tiempo del que disponemos no es muy flexible como consecuencia de nuestras obligaciones laborales, por lo que los retrasos al abordar los pasos fronterizos, al tomar el ferry para cruzar el Mar Caspio desde Azerbaiyán hasta Kazajistán o la velocidad de avance que podamos conseguir cuando las carreteras o caminos se compliquen. También somos conscientes de que la larga distancia que vamos a recorrer, que rondará los 15.000 km, va a ser muy exigente con la mecánica de nuestro vehículo. No obstante, confiamos en la 'Jamoneta', nombre con el que hemos apodado al monovolumen que nos llevará hasta Ulán Bator. Además, según nos hemos informado, en ciertos países puede no ser fácil el acceso a combustible diésel, porque lo que abundan son los vehículos a gasolina. Por esta razón hemos ampliado la capacidad de nuestro depósito aumentando la autonomía de la "Jamoneta" hasta los 1.500 km aproximadamente. Por otro lado, hemos de confesar que nos preocupa cómo puedan recibirnos en los países musulmanes al utilizar como sustento alimenticio básico el jamón ibérico del que nos provee nuestro patrocinador Montesierra. La idea es actuar como embajadores de la marca España y dar a conocer productos españoles como el vino fino que nos han facilitado desde las bodegas Tío Pepe.

¿Quién creéis que se rendirá antes, la "jamoneta" o vosotros?

Nosotros somos unos tíos duros pero nuestro monovolumen no se queda atrás. Hemos contado con la garantía de nuestro patrocinador Solera Motor, quien nos facilitó el vehículo con una sustancial rebaja en el precio de compra; y los Talleres Muñoz García se han encargado de la puesta a punto, de modo que la fiabilidad está garantizada. También contamos con el respaldo de Helvetia como aseguradora. Y entre nuestro extenso equipaje, contamos con numerosas piezas de recambio y mantenimiento del coche. 

¿Os consideráis una especie de perros verdes o hay más gente como vosotros?

Este año han sido más de 300 equipos los que se han inscrito en el Mongol Rally oficial que organiza la empresa británica The Adventurists desde el año 2004. Así que parece que no, no somos los únicos viajeros alocados. Cabe destacar que una de las reglas de la organización es que cada equipo recaude al menos 1.000 libras para fines benéficos.

¿Tenéis ya pensado qué vais a hacer el año que viene?

Bueno, siempre tenemos el gusanillo de volver año tras año a Burundi, aunque habrá que valorar cómo esté la situación. Otras ideas alocadas rondan nuestras cabezas, pero todavía es pronto para desvelarlas. No obstante, podemos asegurar que el espíritu aventurero y solidario no faltará.

¿Cómo podemos ayudar los demás al pueblo de Burundi?

Con una pequeña ayuda económica generamos un enorme impacto en la población beneficiaria. Esto es algo que podemos afirmar de primera mano por haber estado realizando laborales de cooperación en Burundi durante varios años. En esta ocasión nos hemos propuesto abastecer de medicamentos el dispensario médico de Ndava (donde se sitúa la escuelita que hemos construimos hace años) y la Universidad de Ngozi (con la que colaboramos desde nuestros inicios). Queremos hacer partícipes de nuestra causa a todo el que lo desee de modo que con una pequeña donación de 10 euros, por ejemplo, estaría haciendo llegar a la población burundesa 100 comprimidos de Ibuprofeno 400mg, 143 comprimidos de Pirazinamida 250mg y 1 test de malaria. Nos apoyamos en una plataforma de crowdfunding para recaudar los fondos.