Entre otras cosas, el vídeo compara el grosor de ambos aparatos (Foto: imagen del vídeo Let´s Dance)

 

 

Sin palabras. En apenas 30 segundos. Únicamente con imágenes y con un sugerente título: Let´s dance. Así, de este modo tan sencillo Microsoft ha salido ganando en la comparación entre el MacBook Air y el nuevo Lenovo Yoga Pro 3 que incorpora Windows 8.1. Las cosas a veces son lo que parecen y otras no. Quizás este es el argumento que utilizan los chicos de Bill Gates para dar un buen golpe a su competencia de Apple.


No es solo una batalla. Es la guerra comercial pura y dura entre dos gigantes de la tecnología. Ambos, Microsoft y Apple, mantienen desde hace tiempo una dura pugna por el mercado.

La publicidad como arma
La comparación en ese medio minuto se centra en las características generales y visibles de ambos aparatos, saliendo mal parada, como era de esperar por el origen del vídeo, la apuesta de la manzana.

En nuestro país este tipo de comparativas 'dañinas' para una marca frente a la otra, sirviéndose para ello de la publicidad, todavía no han calado. Ha habido ejemplos. Quien no recuerda aquello de que “nuestros zumos son de naranjas recién exprimidas y no son meros concentrados como los de la competencia...”.

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Se lió una buena que acabó en los tribunales, y ello a pesar de que el espectador, si no se utilizan falsedades, agradece a priori la publicidad de estas características porque va al grano en lo que al producto en cuestión se refiere.

Y mientras los chinos...
Sin embargo, da la impresión de que estas batallas en las que se pierden algunas multinacionales europeas o americanas, además de provocar un desgaste evidente de las marcas, conllevan otro efecto no menos importante. Se trata del auge que, paralelamente, apoyados en la inmensidad de su mercado y en su capacidad económica, experimentan de forma imparable las empresas chinas del sector.

Estos gigantes asiáticos se aprovechan de la guerra entre las Apple, Microsoft y compañía, en beneficio propio. No obstante, y a pesar de que las dos tecnológicas estadounidenses con total seguridad tienen en cuenta este aspecto colateral, el siguiente capítulo de esta contienda publicitaria estará ya preparándose en Cupertino o Redmon. La pregunta es ¿Cómo responderán los herederos de Steve Jobs?