Amuda Goueli, fundador de Destinia, en una fotografía de su página web personal.



A la hora de preparar una entrevista es obligatorio plantearse muchas cosas. La documentación juega un papel fundamental. En esta ocasión, sin embargo, alguien ha hecho el trabajo por nosotros: el propio protagonista, o para ser más exactos, una periodista con un comentario cuanto menos desagradable y desafortunado, que ha levantado mucha polvareda y provocado una respuesta contundente por parte de quien se siente ofendido.

La historia de Amuda Goueli era desconocida por el gran público. Si no fuera por el comentario de Mariló Montero -presentadora de un espacio en la televisión pública- la vida de este inmigrante egipcio continuaría en ese estado para los medios de comunicación, aunque no en el mundo empresarial. Escuchar a alguien, un personaje público, hablar de 'negritos' a los que “habrá que enseñarles a labrar la tierra”, ofendió a uno de esos 'negritos'. La mayoría de los que están en nuestro país no tienen la oportunidad de responder, pero Amuda sí y lo hizo. Con una carta educada, inteligente y real como la vida misma inundó el ciberespacio.

¿Qué te parece todo lo que ha generado esa carta en la que respondes como “negrito”?
Te digo con sinceridad que ni me imaginaba esto. El domingo estaba viendo los emails y vi el vídeo que algún amigo me envió. Y en ese momento me dije ¡basta ya! Yo había escuchado comentarios de este tipo, 'graciosos', pero que hacen daño, mucho daño, con intolerancia y ante ellos la gente no responde. Entonces decidí hacerlo yo, porque desde diferentes puntos de vista represento a muchas personas de origen africano. Me veo en la obligación de contestar. Te puedo decir que ha sido la carta más rápida que he escrito en mi vida. Todo salía solo, sin darme casi cuenta. Tras escribirla la puse en mi blog y ni siquiera puse el enlace a mi empresa, no avisé a nadie. Pensé, si la carta vale la pena, la gente se va a enterar y si no, morirá en el cementerio de Internet.

Y no murió, sino que se convirtió en todo un fenómeno viral.
La subí al blog el lunes por la mañana. A lo largo del día me llamaron los técnicos desde la oficina y me comentaron que se había caído el servidor del blog, que había mucho tráfico y no sabían por qué era. Empezamos a analizarlo y llegamos al artículo. Es la magia de internet, de verdad. Llevo muchos años en esto de la red y ya nada me sorprende... hasta el lunes.

En tu carta indicas que llegaste a España en avión. Creo que esto es importante porque, dadas las dificultades de tu vida entonces, la llegada podría haber sido por otros medios no tan cómodos.
La referencia al avión es doble. Por una parte, la relativa a que en aquellos años comprarse un billete de avión era un verdadero lujo. Recuerdo que cuando lo compré dos días antes de viajar lo tenía debajo de la almohada. Lo miraba, lo abría, volvía a cerrarlo, y no me lo creía, era como un regalo de Dios. Esa era la primera intención de la referencia al avión, la relativa a su valor económico. La segunda, es que recuerdo cuando llegué al aeropuerto... y ahora veo en la televisión cómo tratan de llegar a España miles de personas y me digo, cualquiera de esos podría haber sido yo.

Tu vida no ha sido fácil. Si esto fuera Estados Unidos, serías el ejemplo del 'sueño americano'.
Es verdad. Ahora por mi trabajo viajo mucho a ese país y la verdad es que me lo dicen amigos norteamericanos. En varias ocasiones me han dicho que me fuera, que es allí donde debería estar. Te digo que decidí venirme a España, al principio para estudiar. Y aquí me quedé. Si estoy a gusto aquí, ¿por qué me tengo que ir a Estados Unidos? Me la jugué, pero he de confesar que, a la larga, ha sido la decisión más rentable de mi vida desde todos los puntos de vista.

Y aquí sigues...
Pues sí. Fíjate, hace años me hicieron una oferta para irme a Dubai. Sin pagar impuestos, dos años de vivienda gratis... una oferta muy importante. He de reconocer que estuve dudando, pero al final tomé la decisión por principios. Cuando no tenía nada, gente que estaba a mi alrededor en España me ayudó en todo. Así que agradecí la oferta, pero preferí quedarme.

No sé si crees que tu carta, tu grito como 'negrito' puede ayudar en algo, por ejemplo, para que desde un medio de comunicación se deje de hacer comentarios de este tipo.
No sé si ayudará o no. Solo sé que estoy obligado a hacer lo que hice. En el mundo de internet, si hay algo bueno, llegará a mí o a ti, como ocurrió con mi carta. Pero esta persona (Mariló Montero)  no me llega porque creo que no es buena. A mí me llegan periodistas como Jordi Évole, que de verdad ofrecen algo. Esta persona nunca me ha llegado porque su calidad es cero, ese es su valor. Pero en este caso hablamos de alguien que hace lo que hace con tu dinero, con el mío, con el de todos, porque es un medio público... eso es inaceptable. Yo no pago para que me insulten.

Amuda Goueli, fundador de Destinia, en una fotografía de su página web personal.



Amuda Goueli, siempre con una sonrisa en los labios, incluso cuando se emociona al recordar sus inicios en España o a su familia en Egipto, nos lo ha puesto fácil con la carta escrita en su blog y dirigida a Montero y que este medio ha reproducido. Él llegó hace años, casi veinte, desde  su país natal. Aquí encontró la solidaridad y la humanidad. Hoy es famoso por su respuesta a la presentadora que llama la atención acerca de que los ataques homófobos los sufren los gays, lesbianas o transexuales... Pero en realidad, esa presencia ante los focos mediáticos ya la había conseguido antes, desde un punto de vista empresarial, con su triunfo en el mundo de los negocios.

Eres un referente en el mundo emprendedor. Eres cofundador de Destinia.com y estás involucrado en otros muchos proyectos ¿Cómo ves tú este mundo, el del emprendimiento?
El primer y gran error actual es, si quieres montar una startup, querer hacerte rico. Eso es imposible porque el camino es tan largo y difícil, que el objetivo del dinero puede provocar que te rindas antes de lo que piensas. En nuestro caso, con Destinia, al principio éramos una guía de hoteles con la que no ganábamos dinero. Cuando empezamos a generar algo, el objetivo era llegar a 500 o 600 euros, entonces yo me planteaba que de esa cantidad, 200 iban a parar a mi aldea, a mi familia, y que con ese dinero allí harían muchas cosas.

En ti se dan dos circunstancias que rompen moldes viendo los resultados finales: eres inmigrante y emprendedor. Esto es casi un imposible...
Precisamente participé hace unos días en una charla en la Universidad de Valladolid, junto con el fundador de  milanuncios.com, que es buen amigo. Estábamos haciendo una comparativa entre las dos experiencias, como emprendedores. Entonces un alumno nos preguntó ¿Cuál de los dos lo ha pasado peor? Mi respuesta fue automática: Yo. No por cuestión de dinero. Para nada. Cuando yo iba a un banco para pedir una tarjeta de crédito o débito, casi me echaban a patadas. Con esta pinta, negro... quién iba a confiar en mí. Lo que ocurre es que al final es una lucha continua. Te caes, te levantas, te deprimes...

Y si no estoy equivocado, estabas solo.
Claro, claro. Cuando te caes, antes de volver a levantarte, pasas por el desplome, por el bajón y no tienes a nadie que te dé una palmadita en la espalda. No tienes familia, padre, madre... Y eso es lo más duro de todo. Verte solo, estar con gripe y no tener a alguien que te vaya a comprar un medicamento. Sin duda eso es lo peor, esa soledad.

Después de dos décadas en España, verás ahora en tu empresa situaciones similares a la tuya, a cuando iniciaste tu aventura.
En Destinia.com hay personas de Costa de Marfil, de Inglaterra, de Rusia, de EEUU, de España... en total de 13 nacionalidades diferentes. Esto está hecho a propósito. No se puede juzgar a la gente por su origen sino por lo que vale. Mi objetivo es que los trabajadores sean felices, porque como empleados serán mucho mejores. La más antigua de la plantilla es una mujer que ni siquiera sabía encender un ordenador. Entró cuando éramos cuatro y sigue con nosotros. Por cierto, es española.

¿Cómo fueron tus inicios como emprendedor?
Como te puedes imaginar, muy difíciles. Nuestro objetivo era marcar metas cortas, no a largo plazo porque si no, ante cualquier revés, te venías abajo. Nuestra filosofía no ha variado mucho desde entonces. Por ejemplo, no hemos repartido nunca dividendos. Ahora mismo, lo que nosotros ganamos, volvemos a invertirlo. Mi propósito es seguir creando algo que, a su vez, redunde en otras personas. Desde aquí, a los empleados de Destinia, a los habitantes de mi pueblo en Egipto.

Y ahora ¿hacia dónde diriges los pasos?
A nivel tecnológico tenemos un convenio con la Universidad Politécnica de Valencia a través del cual nosotros invertimos y compartimos las patentes. Los estudios se centran en la inteligencia artificial en el sector del viaje. Mi teoría es que las web que actúan como buscadores de viajes, etc, tienden a morir. Por eso nosotros queremos ir más allá; buscamos ofrecerle al cliente, sin que él tenga que hacer nada, solo fijándonos en sus gustos, hobbies, etc, opciones de viajes que sabemos que le va a gustar. En esto llevamos trabajando casi un año y en 2015 ya anunciaremos algo.

La sonrisa de Amuda no le abandona nunca. Es casi una filosofía de vida porque “con lo mínimo soy feliz. Ni siquiera me he cambiado de casa”. Es consciente del esfuerzo que conlleva la conquista del éxito. “Con todo lo que he sufrido a lo largo de mi vida, de qué voy a quejarme. No tengo derecho a la queja”.

Solo hay un instante en esta charla en el que su sonrisa, sin desaparecer, se desdibuja. Es a la pregunta de si Mariló Montero le ha llamado para explicar su comentario o pedirle disculpas. Su respuesta es no. Un monosílabo que repite al añadir si espera esa llamada.