A quienes sigan teniendo la imagen mental de los ciberdelincuentes como jóvenes aislados y encapuchados que se encierran en su habitación todo el día, les recomendamos que se "descarguen una actualización", porque las cosas ya no son así. La mayoría de quienes utilizan las nuevas tecnologías para sus actividades delictivas lo hacen en grupos organizados. Y, además, en muchas ocasiones ni siquiera ellos mismos ejecutan los ataques, sino que los venden a mafias para que sean ellas las responsables de los delitos, a través de estrategias más sofisticadas y con probabilidades de éxito más altas.

Según Alberto Castillo, responsable de Ciberseguridad de Santander Tecnología, "a día de hoy cada vez las compañías están más preparadas ante la creciente sofisticación de las técnicas de ciberataque. Antes se infectaba a los usuarios simplemente para cometer fraude. Ahora se infecta tanto a particulares como a proveedores para utilizar los recursos de sus sistemas y pasar desapercibidos. El objetivo es utilizarlos para otras actividades delictivas, como atacar grandes organizaciones o minar criptomonedas. Se ha vuelto corriente la venta de estas botnets en la dark web". 

Una tendencia que continuará en el futuro. "La reciente aparición de las tecnologías Deep Fake va a estimular el phishing como punta de lanza de los ataques a las empresas y al sector público. Además, la popularización de los dispositivos IoT (Internet of Things) -como los altavoces inteligentes- aumentará notablemente la superficie de ataque para los ciberdelincuentes. Por otra parte, la gran revolución tecnológica de la implantación del 5G ofrecerá una mayor velocidad de conexión a la Internet a todos los dispositivos móviles y aumentará tanto la superficie de ataque para los ciberdelincuentes como sus objetivos (sistemas de servicios esenciales tanto de grandes corporaciones como de países)", afirma Alberto.

Por otro lado, el acceso a contenidos de forma ilegal -es decir, la piratería detoda la vida- se ha estancado en el periodo 2017-2018 [todavía no hay cifras de 2019]. Aunque muchos piensan que la proliferación de plataformas de distribución puede volver a dispararla. Las familias no están dispuestas a pagar la suscripción a los HBO, Netflix, Movistar, Vodafone y demás para poder seguir todas las series que se pongan de moda. Pero es una tendencia que todavía tiene que hacerse realidad. 

Sea como fuere, la ciberdelincuencia le cuesta al Estado [y recuerden que el dinero de las arcas públicas procede de nuestros bolsilos] más de 400 millones de euros al año. Y, para que tengan ustedes toda la información de un vistazo, nuestro compañero Borja García López lo ha resumido todo en esta infografía. Les recomendamos que la vean despacio y, sobre todo, que sean cada vez más prudentes, para evitar ser víctimas de este tipo de actividades.