En El Telescopio nos hemos propuesto informar sobre el impacto que el COVID-19 y situaciones relacionadas con él, como el confinamiento, están teniendo en la vida de las mujeres y niñas. En las distintas entregas, analizamos los efectos sobre su trabajo, su salud, su economía y, en general, los aspectos más relevantes de su vida. Hoy, nos centramos en la violencia ejercida contra ellas.

“Se trata de una medida de protección, pero implica otro peligro mortal. Vemos cómo aumenta otra pandemia en la sombra: la violencia contra las mujeres”, afirmaba al comienzo del confinamiento Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres. Y añadía: “A medida que los países informan sobre la infección y el confinamiento, cada vez son más las líneas de atención y los refugios para la violencia doméstica de todo el mundo que notifican un incremento de llamadas en busca de ayuda”. Entre ellos, por supuesto, se incluye España.

En 2019 el número de mujeres víctimas de violencia de género en nuestro país aumentó un 2,0%, hasta 31.911

Unos 243 millones de mujeres y niñas han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental. Imagen: Naciones Unidas

El problema sigue

Y no solo como consecuencia de COVID-19. Según datos del INE, en 2019 el número de mujeres víctimas de violencia de género en nuestro país aumentó un 2,0%, hasta 31.911. La tasa de víctimas de violencia de género fue de 1,5 por cada 1.000 mujeres de 14 y más años. El número de víctimas de violencia doméstica creció un 3,6%.

En España, el confinamiento ya ha terminado, pero en otros muchos países, la situación continúa.

 A veces siento que todo esto es una pesadilla y que tarde o temprano me despertaré, pero la pesadilla nunca termina y no sé cuánto tiempo más podré aguantar

"A veces siento que todo esto es una pesadilla y que tarde o temprano me despertaré, pero la pesadilla nunca termina y no sé cuánto tiempo más podré aguantar", explicaba T.C., una mujer palestina del campamento de refugiados Bureij –uno de los más pobres y hacinados ubicado en el centro de la Franja de Gaza-, que ha sido víctima de maltratos físicos y verbales por parte de su marido durante mucho tiempo y ha visto cómo durante el confinamiento la situación se agravaba.

La violencia doméstica, el otro drama del confinamiento. Imagen: Naciones Unidas

Violación de derechos

Naciones Unidas afirma que “incluso antes de que existiera el COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las violaciones de los derechos humanos más flagrantes. En los últimos 12 meses, 243 millones de mujeres y niñas (de edades entre 15 y 49 años) de todo el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de un compañero sentimental. Y, con el avance de la pandemia del COVID-19, es probable que esta cifra crezca con múltiples efectos en el bienestar de las mujeres, su salud sexual y reproductiva, su salud mental y su capacidad de liderar la recuperación de nuestras sociedades y economías, y de participar en ella”.

Eso, según las cifras que maneja la ONU, que probablemente estén muy por debajo de la realidad, debido al “insuficiente número de denuncias”, que “dificulta la respuesta y la recopilación de datos, ya que menos del 40% de las mujeres que sufren violencia buscan ayuda o denuncian el delito. De las mujeres que sí deciden solicitar ayuda, menos del 10% se dirigen a la policía”.

Menos del 40% de las mujeres que sufren violencia buscan ayuda o denuncian el delito

“Las circunstancias actuales complican todavía más la posibilidad de denunciar, lo cual incluye las limitaciones de las mujeres y las niñas para acceder a teléfonos y líneas de atención y la alteración de servicios públicos como la policía, la justicia y los servicios sociales”, señalaba Mlambo-Ngcuka. “Si no se aborda debidamente, esta pandemia en la sombra se añadirá al impacto económico del COVID-19”, añadió.

A su juicio, el enfoque para acabar con esta situación debe afrontarla de forma integral. “El aumento de la violencia contra las mujeres se debe solucionar de manera urgente con medidas integradas en el apoyo económico y paquetes de estímulo acordes con la gravedad y la magnitud del reto que reflejen las necesidades de las mujeres que se enfrentan a diversas formas de discriminación”.

Según la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres “el COVID-19 ya nos está poniendo a prueba de maneras que la mayoría de personas nunca habíamos experimentado con anterioridad. Provoca tensiones emocionales y económicas que nos esforzamos por combatir. La violencia que actualmente aparece como una mancha negra de esta pandemia es un reflejo de nuestros valores, nuestra resiliencia y nuestra humanidad compartida, que se ven ahora amenazados. Nuestro empeño no debe consistir únicamente en sobrevivir al coronavirus. Debemos renacer de esta crisis con mujeres fuertes, que ocupen el centro mismo de la recuperación”.