La semana pasada de hablábamos de lo importante que es donar sangre. Pero hay otras muchas cosas que podemos hacer para ayudar a los demás. Seguro que has ayudado a algún familiar o vecino o que has dado dinero a alguien que lo necesitaba o a una ONG.

Dinero y tiempo son nuestras principales contribuciones al bienestar de otras personas

Es lo más probable, porque según datos del estudio La filantropía en España y Portugal. Actitudes y comportamientos sociales, impulsado por el Observatorio Social de la Fundación  ”la Caixa”, dar dinero u ofrecer nuestro tiempo son nuestras principales contribuciones al bienestar de otras personas.

El 59 % de los españoles hizo al menos una donación a una organización benéfica en el último año

Más solidarios de lo que creemos

Si bien las respuestas apuntan a “un nivel de solidaridad de la sociedad no muy alto -una media de 6-, las cifras reales de participación en una variedad de actos prosociales muestran que las personas son más filantrópicas en su vida diaria de lo que quizás piensan”, explican desde el Observatorio Social de la Fundación  ”la Caixa”.

Los actos filantrópicos más populares, según sus datos, son ayudar a alguien conocido personalmente por la persona encuestada (90%) y donar productos a un banco de alimentos u otra organización que distribuya artículos a personas necesitadas (80%). Otros actos filantrópicos habituales son ayudar a un desconocido (77%) y dar dinero a personas conocidas personalmente por el encuestado (74%). Aunque cabría esperar generosidad con los conocidos, es sorprendente que la proporción de personas que dicen dar dinero a desconocidos necesitados sea casi igual (68%)”.

Donaciones

Una de las principales conclusiones del estudio es que "el 59% de los españoles hizo al menos una donación a una organización benéfica en el último año". Y aportamos una media de 75 euros por persona, aunque es habitual que muchas personas donen cantidades muy pequeñas y solo unas pocas donen cantidades mayores.

En cuanto a dar nuestro tiempo, el 39% de las personas entrevistados en España lo han ofrecido a alguna organización benéfica durante el año pasado.

El interés principal del estudio -como explica su máxima responsable, la investigadora Beth Breeze, del Centro de Filantropía de la Universidad de Kent- era “conocer cómo entiende la sociedad el papel y el impacto de las donaciones privadas y en qué medida participa con sus propios actos individuales”.

Las más populares

Las tres causas que más atraen la ayuda voluntaria, según la investigación, “son la salud, la acción social y el medio ambiente y los animales”. Unas preocupaciones que coinciden “en gran medida con las opiniones sobre los temas que se consideran más urgentes (encabezados por la salud)”.

En concreto, la salud “es, con diferencia, la máxima prioridad: tres cuartas partes de los entrevistados la consideran como una cuestión urgente. Esto es coherente con el hecho de que la salud es también la causa que recibe más tiempo y dinero”.

Para todos

“El impacto de la actividad filantrópica es algo que nos rodea inevitablemente”, señala el documento. Y añade que “todos nos beneficiamos a diario de la decisión de otras personas de ceder voluntariamente parte de sus recursos en beneficio de la sociedad. Esos actos filantrópicos pueden haberse dado hace décadas o incluso siglos, en nuestra propia ciudad o país o por parte de donantes que viven lejos y deciden ayudar a completos desconocidos, y actualmente sigue llevándolos a cabo una gran proporción de la población”.

Por eso, proponen cinco recomendaciones para impulsar la actividad filantrópica. La primera es explicar más claramente qué hacen este tipo de organizaciones, a base de mejorar su comunicación para que, sobre todo, el tercio de la sociedad que aún no saben qué hacen, tenga más información.

Una comunicación que debe extenderse también al gobierno, para que quede claro que la función de este es complementaria a la de la filantropía. Además, esta actividad solidaria debe ser “normal y cotidiana”. De hecho, la mayoría de los participantes en el estudio han realizado todos los actos sugeridos al menos una vez -y, en algunos casos, de forma regular- durante el último año.

También es necesario mejorar el conocimiento de los incentivos fiscales, a través de “las redes sociales u otros canales a los que los jóvenes presten más atención, con el fin de impulsar las donaciones”.

Por último, es preciso apoyar la captación y retención de quienes aportan su tiempo, para evitar que sus niveles de participación desciendan. Por eso, “sería aconsejable invertir más en ayudas para la captación y el apoyo a los voluntarios, así como comunicar mejor los beneficios que reporta a la persona y a la sociedad en general el hecho de convertirse en voluntario”.

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