Ayer fui al médico de la Seguridad Social. Solo tuve que cruzar un par de calles y, a menos de tres minutos, ya estaba el centro de salud. Casi sin esperar, mi doctora salió a la puerta, me llamó por mi nombre y me atendió. Me recetó mis pastillas para el colesterol, me mandó unos análisis -que me haré mañana- y… a casa. Esa es nuestra realidad en los países desarrollados. Pero, por desgracia, no es así en todo el mundo. Por eso hoy, día internacional de la Cobertura sanitaria universal, queremos ofrecerte algunos datos de por qué es hora de actuar para conseguir salud para todos.

Millones de personas aún esperan su acceso a la salud

No para todos

En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que instaba a los países a acelerar los progresos hacia la consecución de la Cobertura Sanitaria Universal (CSU). El objetivo era que “todas las personas, en cualquier lugar, tengan acceso a servicios de salud de calidad y asequibles”.

Sin embargo, desde la institución nos recuerdan que sigue habiendo “millones de personas que aún esperan su acceso a la salud”. Por eso, es preciso “defender lo que hemos logrado hasta el momento; pedir a los dirigentes que realicen inversiones mayores y más acertadas en la esfera de la salud; y alentar a diversos grupos a asumir compromisos que contribuyan a acercar al mundo a la CSU para 2030”.

La pandemia de COVID-19 ha puesto aun más de manifiesto la importancia y la urgencia de la CSU

Una década de avances en los sistemas de salud

Han pasado más de 10 años y, como señala la ONU, “aumentar la concienciación respecto de la necesidad de contar con sistemas de salud sólidos y resilientes, y una cobertura sanitaria universal con múltiples partes interesadas asociadas”.

Además, “la pandemia de COVID-19 ha puesto aun más de manifiesto la importancia y la urgencia de los sistemas sanitarios de calidad y de la cobertura universal. En consecuencia, más dirigentes y ciudadanos en todo el mundo prestan atención a este tema y reclaman mejoras“.

Unos 2.000 millones de personas tienen dificultades económicas debido a gastos sanitarios directos

Datos

Los datos de la ONU muestran que la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios sanitarios esenciales. Se estima que 2.000 millones de personas tienen dificultades económicas debido a gastos sanitarios directos, incluidos 344 millones de personas que viven en la pobreza extrema.

Desde el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015, “la expansión de la cobertura de los servicios sanitarios se ha estancado y la protección financiera se ha deteriorado”.

La buena salud y el bienestar no pueden ser un privilegio, sino un derecho

Pasar a la acción

Por eso, este año el día internacional se centra en pasar a la acción: “Ahora que la comunidad internacional ha renovado su compromiso con la CSU en todo el mundo, es el momento de dar pasos inmediatos y tangibles para recuperar el ritmo del progreso”.

Y nos animan a “urgir a nuestros líderes a poner en marcha políticas que garanticen el acceso igualitario a los servicios de salud esenciales, sin dificultades financieras; y que aseguren que la buena salud y el bienestar no sean un privilegio, sino un derecho para todos”.

Tendencias en la Cobertura Sanitaria Universal

Según la organización de la campaña de este año, entre 2019 y 2021 casi se duplicaron los compromisos de las naciones con la CSU. “Sin embargo, en 2022, la tendencia se estancó e incluso retrocedió en algunos países. Aunque la mayoría la reconocen como una meta que se refleja en leyes y planes nacionales, hay poco pasos concretos y operativos y falta de financiación pública a la salud, lo que hace que las metas para conseguir la CSU antes de 2030 estén lejos”.

Además, denuncian que “los compromisos de los países no atacan las tres dimensiones de la CSU: cobertura de servicio, cobertura de población y protección financiera. Sus datos reflejan que la mayoría de los compromisos en las dos primeras rondan el 42%-43% y la tercera no supera el 15%, a pesar de ser “un componente crucial e integral” del objetivo.

Aseguran que “los países continúas confiando en programas específicos para enfermedades y servicio, además de intervenciones, en lugar de hacer operativos sus compromisos con reformas y beneficios de salud completos e integrados”.

Proponen cinco líneas de actuación para conseguir las metas de cara a 2030. La primera es asegurar el liderazgo político más allá de la salud, para generar acciones concretas hacia la consecución de la CSU. Además, es fundamental “no dejar a nadie atrás”, en especial, a las personas en situación más vulnerable.

Otra clave es la legislación y la regulación, que en la actualidad está presente en el 89% de los países; e “invertir más y mejor”. Pero es preciso hacerlo de forma conjunta. Por último, es preciso garantizar la igualdad de género y estar preparados para las emergencias.