“Tras la COP28, debemos incrementar nuestra ambición para reducir las emisiones de forma decisiva para prevenir riesgos graves para el bienestar económico y la estabilidad financiera”. Con estas palabras, la directora general de Fondo Monetario Internacional [FMI], Kristalina Georgieva, ponía ayer el punto final a la reunión de la cumbre de G20 en Nueva Delhi, India.

La dirigente retó a los estados miembros a “liderar con el ejemplo y hacer realidad las promesas de 100.000 millones de dólares al año para la financiación para el clima”, para reforzar los bancos de desarrollo multilaterales.

La existencia de la Tierra está amenazada por el cambio climático

Reducir las emisiones

Georgieva recordó a los estados miembros del G20 que solo contamos con un planeta y que, en la actualidad su existencia “está amenazada por el cambio climático”.

Por eso, hacer realidad la reducción de emisiones “requerirá grandes inversiones, tanto por parte de la comunidad internacional, como del sector privado, además de fijar un precio apropiado para el carbono”.

Los países también tienen que movilizar sus recursos domésticos para financiar y gestionar la transición verde

Inversión doméstica

Pero no basta con eso: “Al mismo tiempo, los países también tienen que movilizar sus recursos domésticos para financiar y gestionar la transición verde a través de reformas fiscales, gasto público eficaz y eficiente, fortaleza de las instituciones fiscales y mercados de deuda locales potentes”.

Y aseguró que el FMI continuará ayudando a los países en este esfuerzo, a través de su apoyo a la creación de políticas y desarrollo de capacidad.

La economía se está recuperando gradualmente de una racha de enormes sacudidas

Optimismo

Georgieva puso un punto de optimismo al señalar que “nuestra familia de economías se está recuperando gradualmente de una racha de enormes sacudidas”.

Sin embargo, no todo son buenas noticias: “La recuperación es lenta y desigual, con las perspectivas a medio plazo más débiles desde hace décadas, en un entorno de todavía elevada inflación, tipos de interés altos y fragmentación creciente”.

Por tanto, “el riesgo de mayor divergencia es real, con mayor resiliencia de los países ricos frente a convulsiones y vulnerabilidad de los países emergentes y de bajos ingresos”.

Todos los países deberían establecer políticas sólidas que apoyen la estabilidad económica

Políticas sólidas

La directora general del FMI también explicó la receta de la institución para solucionar esta situación: “Frente a este escenario, todos los países deberían establecer políticas sólidas que apoyen la estabilidad económica y financiera; así como generar reformas estructurales orientadas al crecimiento”.

En especial, en el caso de los países en desarrollo, que podrían generar hasta un incremento del 8% en sus resultados a través de estas reformas.

Llamo a los estados miembros a reforzar la red de seguridad financiera

Cooperación y seguridad

Otro punto fundamental para conseguir la reducción de emisiones sin provocar mayor desigualdad es incrementar la inversión en cooperación internacional.

“Esto implica afrontar con rapidez los problemas de deuda en cuanto aparezcan”, señaló Georgieva. Y añadió: “Llamo a los estados miembros a reforzar la red de seguridad financiera”.

La dirigente recordó que “desde el comienzo de la pandemia, el FMI ha inyectado un billón de dólares en reservas y liquidez” en aproximadamente 100 países.

Para construir un futuro próspero, necesitamos afrontar el potencial de la tecnología digital

Tecnología para la prosperidad

“Para construir un futuro próspero, necesitamos afrontar el potencial de la tecnología digital. El logro de la India para desarrollar una infraestructura digital de primer nivel ya es un faro para el resto de naciones”, afirmó Georgieva.

Pero la tecnología también genera sus propios retos: “Tenemos mucho trabajo por delante, incluido el universo del dinero digital y los criptoactivos. Para conseguirlo, el G20 ha impuesto la tarea a algunas instituciones relevantes para mejorar la regulación y supervisión de criptoactivos”.

Mucho por hacer

Hace menos de una semana, la propia Georgieva emitió una declaración conjunta con Ajay Banga, presidente del Banco Mundial, en el que señalaban que ”el cambio climático es una amenaza para la paz, seguridad, estabilidad económica y desarrollo globales”.

Ambas instituciones trabajarán de forma conjunta para afrontar los retos de la situación actual: “El crecimiento en la economía global se ha ralentizado (…). El progreso en la reducción de la pobreza se ha detenido. El conflicto y la fragilidad no dejan de crecer. El mundo se enfrenta a la fragmentación geoeconómica; desastres naturales extremos exacerbados por el cambio climático; y niveles de deuda pública crecientes”.

La tecnología y la “rápida digitalización” son un reto, pero también una oportunidad: “Con reformas bien diseñadas y secuenciadas de forma apropiada, las transiciones verde y digital pueden generar beneficios económicos, sociales y medioambientales enormes y crear bienestar y prosperidad”.