Lo verde es una moda. Bueno, si vives en una gran ciudad y asomas la cabeza por la ventana, quizá no te lo parezca. Si lees las noticias que nos alertan sobre el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y de las temperaturas e el planeta, quizá no lo pienses. Pero no puedes negar que lo verde se lleva.

Lavar en verde

Ahí tienes a cientos, miles, de empresas lanzando sus productos ecológicos. Coches que emiten menos, productos que no contaminen, envases que desaparecen como por ensalmo del medioambiente. Nada poluciona cuando se produce, nada va a dar a los ríos y los mares. Todo es maravilloso. Todo es puro greenwashing. Con ese término inglés se define toda esa actividad empresarial que busca asociarse con la conciencia ecológica para vender más. Más que a la práctica de las compañías, en realidad la culpa, una vez más, es de otra industria. La publicitaria. Esa profesión experta en captar la tendencia y adaptarla para colocar productos y servicios. Aunque muchas veces solo sea una etiqueta.

Tomar conciencia

¿Qué podemos hacer nosotros? Poco. A lo sumo, lo de siempre. Aplicar el sentido común, el sentido crítico y cierto escepticismo. No fiarnos de lo que nos dicen los anuncios, los envases y los fabricantes. Pensar que un plástico difícilmente puede ser ecológico y un coche siempre, siempre van a emitir. A no ser que sea eléctrico. Y entonces ser nosotros los que tomemos el control. Consumir menos. Gastar con conciencia. Emitir lo justo. Ser nosotros los que no solo hablemos sino que ejerzamos un consumo sostenible, responsable. Sí, todos vivimos en una sociedad consumista y resistimos como podemos al bombardeo informativo y publicitario. Pero es nuestra responsabilidad. Y sobre todo, es nuestra salud y la de los nuestros lo que está en juego.