Los inversores no sólo buscan ganar dinero sino hacerlo de forma sostenible y responsable.  Inversores institucionales o individuales se suman a iniciativas fomentadas por la comunidad internacional para impulsar políticas sociales y medioambientales que favorezcan la transición hacia una economía sostenible. Prueba de ello es el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

La Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE, centrada en la inversión sostenible y responsable (ISR), recuerda la importancia de los llamados criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) en las decisiones de inversión de buena parte del mercado financiero, según recoge el Blog de CaixaBank.  El Cuaderno está elaborado por Joan Fontrodona, Philip Muller y Sergio Marín.

Estos expertos aseguran que el mercado de la ISR se adentra ahora en una fase de maduración y la integración de estos criterios ASG en las decisiones de inversión. “Las tasas de crecimiento del volumen de activos parecen consolidarse, las diversas estrategias generales de inversión sostenible han adquirido una mayor sofisticación, y las principales entidades y gestoras ya ofrecen algún tipo de vehículo de inversión basado en criterios ASG”, aseguran.

Este nuevo marco obliga a las empresas a actuar con transparencia. De ahí que han empezado a incluir en sus informes de resultados su actividad no financiera para que eventuales inversores la tengan en cuenta a la hora de tomar una decisión.

¿Cuáles son los aspectos a tener en cuenta?

1. Criterios ambientales: edificación ecológica, cambio climático, reducción de la huella de carbono, energías renovables, emisiones, deforestación, gestión del agua, etc.

2. Criterios sociales: respeto de los derechos humanos, erradicación de la explotación infantil, mejora de las condiciones laborales, inclusión y diversidad, seguridad laboral, etc.

3. Criterios de gobierno: diversidad en los consejos de administración, políticas anticorrupción, códigos de conducta, políticas de remuneración, etc.

El Cuaderno de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE concluye que la ISR “no solo es una buena decisión, sino, tal vez, la mejor decisión posible”.