Banco Santander se sumó hace un año al proyecto Motor Verde, una iniciativa de la Fundación Repsol y el Grupo Sylvestris para repoblar y regenerar los bosques. La entidad que preside Ana Botín financiará la creación de tres bosques que cubrirán una extensión de más de 300 hectáreas con 275.000 árboles nuevos. El primero de ellos ya ha comenzado a plantarse en Extremadura, en el municipio de Caminomorisco (Cáceres), en la comarca de las Hurdes.

Este bosque forma parte del objetivo de Motor Verde de recuperar 600 hectáreas de bosque calcinado en la región con especies autóctonas que compensarán más de 179.000 toneladas de CO2. En julio de 2012, un incendio devastador de origen intencionado arrasó más de 1.900 hectáreas en la comarca cacereña. El fuego comenzó en la localidad de Cambroncino y se extendió a otras localidades cercanas, arrasando a su paso buena parte de los montes y, sobre todo su arbolado, la mayoría pinar maderable con una media de edad entre 50 y 65 años.

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La entidad invertirá en estos proyectos 1,5 millones de euros en un periodo de tres años. Con su aportación, compensará la emisión de 82.000 toneladas de CO2, cooperará con el cuidado de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático y respaldará el desarrollo rural y la generación de empleo en el marco de su estrategia de banca responsable y políticas de gestión ambiental. Los bosques tienen un papel fundamental en la mitigación del cambio climático: se calcula que absorben cada año aproximadamente 2.600 millones de toneladas de dióxido de carbono.

El primero objetivo de Motor Verde es recuperar 600 hectáreas de bosque calcinado en Extremadura con especies autóctonas que compensarán más de 179.000 toneladas de CO2. En julio de 2012, un incendio devastador de origen intencionado arrasó más de 1.900 hectáreas en la comarca cacereña. El fuego comenzó en la localidad de Cambroncino y se extendió a otras localidades cercanas, arrasando a su paso buena parte de los montes y, sobre todo su arbolado, la mayoría pinar maderable con una media de edad entre 50 y 65 años.

El proyecto no solo tiene un importante impacto medioambiental. También generará un beneficio social y económico: se estima que creará en total más de 15.000 puestos de trabajo, además de fortalecer el tejido empresarial local y dinamizar la economía en el entorno rural.

La idea de Motor Verde, que aspira a plantar 60 millones de árboles entre todas las empresas que participan, es convertir a España en un referente europeo en el sector de la compensación, promoviendo al mismo tiempo una economía social, verde y sostenible. Este proyecto, además, incorpora un método propio y diferencial, que le da gran fiabilidad. En primer lugar, se lleva a cabo un análisis exhaustivo previo, trabajando sobre el terreno y realizando un mantenimiento posterior a la reforestación, con el propósito de afianzar la conservación de los ejemplares plantados y apostando por el desarrollo sostenible del entorno. Todos los planes se diseñan de acuerdo con los máximos estándares de la Oficina Española de Cambio Climático, el organismo oficial de certificación dependiente de Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Apoyo al medioambiente

Motor Verde es un ejemplo más de las diferentes iniciativas para la conservación de los ecosistemas que impulsa Banco Santander en todos los países en los que opera. En España cuenta con el Plan Natura, una propuesta para la conservación del entorno lanzada en 2019, que incluye diversas actividades para la reforestación de bosques, limpieza de playas y riberas o colocación de cajas nido, entre otros, y en las que participan centenares de empleados voluntarios del Santander. De este modo, se logra mantener la apuesta por el cuidado de los ecosistemas con la colaboración voluntaria de sus profesionales. La campeona olímpica de natación Mireia Belmonte, embajadora de la entidad financiera, es la cabeza visible de este programa.

El año pasado, de la mano de la Fundación Banco Santander, se  llevó a cabo la primera convocatoria Santander for the Seas, con la que se apoyan proyectos destinados a la conservación y la recuperación de hábitat y especies singulares de mares y océanos. A través de este proyecto, la Fundación financia tres propuestas durante dos años con 450.000 euros. Y no es la única acción de la Fundación Santander. También colabora con distintas organizaciones para la recuperación del patrimonio natural. 

En España, el interés de Banco Santander por este tipo de medidas se remonta a hace muchos años, cuando se pusieron en marcha innovadoras propuestas como los Proyectos Cero sobre Especies Amenazadas, desarrollados en colaboración con el CSIC para responder a uno de los grandes retos de la sociedad.

Otro de los grandes proyectos del grupo tiene el foco en Brasil, donde el banco apoya el desarrollo sostenible del Amazonas, el mayor pulmón del planeta. Junto a Bradesco e Itaú, lanzó en 2020 el Plan Amazonas  con cuatro objetivos prioritarios: la bioeconomía, los cultivos sostenibles, la ganadería y la regularización de las tierras. También tiene en marcha proyectos de restauración de áreas degradadas en Chile e implementa corredores biológicos para la fauna nativa; en México colabora con la iniciativa Reforestamos por el desarrollo sostenible de los bosques; o en Argentina, donde la entidad contribuye a la conservación de los ecosistemas mediante acciones de voluntariado como la limpieza de playas o recogida de residuos.