La muerte de un ser querido es, sin duda, uno de los momentos más difíciles que debe afrontar un ser humano. Por eso, cualquier ayuda para superarla es siempre bienvenida.

Cualquier herramienta que ayude a afrontar la muerte es bienvenida

Por eso, un grupo de profesionales de la Psicología, con el apoyo de la Fundación “la Caixa” a través de su programa de Atención integral a personas con enfermedades avanzadas, han creado la iniciativa En memoria, una herramienta para expresar emociones y despedir a un ser querido.

Hemos hablado con Núria Tortós, impulsora del proyecto junto a Isabel de la Fuente, para que nos cuente cómo este libro de tan solo un par de hojas puede ayudar a superar la muerte de un ser querido a familiares, compañeros de residencia y profesionales.

Gestionar la información

“Nos dimos cuenta de que la gestión de la información relativa a la muerte, especialmente en el caso de cómo se transmitía a los residentes, era precaria muchas veces”, explica Tortós.

Una situación que ha empeorado desde la pandemia: “Antes, en algunas residencias, se hacía un ritual, alguna despedida. Pero, a raíz de la COVID, ese tipo de homenajes se quedaron más diluidos”.

Plasmar emociones

La idea fue, “en lugar la típica carta de pésame que a veces se hace en las residencias, ofrecer algo un poco más completo. Es una especie de librito que sirve para personalizar más este tipo de mensajes”.

Pretende ser “una especie de homenaje para el difunto, con una carta de pésame personalizada, con la posibilidad de poner una foto, y unas páginas en blanco para que, tanto sus compañeros de residencia, como los profesionales que lo han atendido, puedan dejar una frase de recuerdo o de consuelo para la familia”.

Los resultados de la iniciativa son muy positivos. Según la primera evaluación de la iniciativa, el 88 % de los profesionales encuestados la consideran útil para su práctica, con una especial incidencia positiva en los familiares.

Afrontar el duelo

Al final del libro hay unas pautas para afrontar el duelo. “A veces, no hace falta, pero no está de más tener algunas indicaciones”, explica Tortós. Y añade: “En los fallecimientos en residencias, como suelen ser personas de edad avanzada y con una salud frágil, muchas veces hay una parte del duelo que la familia ya ha elaborado. Porque es natural que una persona muy mayor termine falleciendo”.

Pero eso no significa que no haya que gestionarlo. Esta experta recomienda “sobre todo, cuidarse, dar espacio a las emociones que puedan venir y entender que pueden ser normales”.

En el libro, también se dan unas pautas que hacen hincapié en cuidar la alimentación, el sueño y el descanso. También es fundamental “darse tiempo para poder estar triste y para estar con la familia”. En los casos en los que “las emociones son muy intensas y duraderas en el tiempo, sí recomendamos que pidan ayuda profesional”.

Para todos

Tortós nos cuenta que el librito ha sido concebido “para todos los colectivos implicados”. En primer lugar, para los compañeros de residencia, ya que “en las residencias también se establecen vínculos, probablemente los últimos de sus vidas, y en algunos casos son bastante significativos”.

Para la familia del difunto permite recibir palabras de pésame de quienes han sido las últimas personas con quienes su ser querido ha creado vínculos afectivos. Supone un agradecimiento y un recuerdo por todas aquellas cosas y momentos que se compartieron con el fallecido. 

Pero también “para los profesionales, porque a veces no pensamos en ellos como personas que son. Ellas y ellos han sido quienes han tenido el contacto más íntimo con el residente, porque lo han ayudado con la higiene, con la comida, lo han visto en situaciones más comprometidas… También se establece una relación de cariño y se crea un vínculo, pero a veces esta parte se nos olvida. Hay algunas muertes en residencias que son muy sentidas. Siempre hay personas a las que coges más cariño, son más especiales o llevas más tiempo con ellas y su fallecimiento duele, aunque sea esperado”.

Por eso esta herramienta es tan útil: “La muerte está muy silenciada. Tenemos asumido que la residencia es, probablemente, el último sitio en el que van a vivir estas personas. Y, a veces, para protegerlas, porque las percibimos frágiles, se les oculta la muerte de un compañero. Pero tienen derecho a saber que ha fallecido una persona que puede haber sido importante para ellos y con la que han convivido, no puede ser que parezca que no ha existido. Hay que hacerlo visible para humanizarlo”.

Un programa integral

El programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa”, impulsado por el ministerio de Sanidad y las consejerías de salud de las comunidades autónomas, busca complementar el modelo actual de atención a las personas que se encuentran al final de su vida para lograr que se cubran distintos aspectos psicosociales: tanto las esferas emocional, social y espiritual del paciente y su familia como la atención del duelo y el apoyo a los profesionales de cuidados paliativos.

Desde su puesta en marcha en 2008, el programa ha atendido en España a más de 765.000 personas: 338.159 pacientes y 427.425 familiares, en sus intervenciones en centros sanitarios, equipos domiciliarios de las áreas de influencia y residencias. Actualmente se implementa en 154 centros sanitarios, 176 equipos domiciliarios y 169 residencias. En 2024, el programa llegó a todas las provincias españolas a través de un total de 65 equipos de atención psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios. En Cataluña el programa ha atendido desde su inicio a un total de 81.791 pacientes y 93.975 familiares.