El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y el director de la Real Academia Española (RAE) y vicepresidente de la Fundación pro-RAE, Darío Villanueva, han suscrito esta semana un convenio de colaboración para elaborar la nueva planta digital de la próxima edición — la 24ª —  del Diccionario de la lengua española.

La compañía financiará el desarrollo de la planta de la futura vigesimocuarta edición del Diccionario, que será la primera concebida de manera digital. Para Ignacio Galán, esto "pone de relieve la continua adaptación de la institución a los nuevos tiempos y la toma de posición inequívoca en favor de la utilización de las nuevas tecnologías".

Precisamente, en relación con esto, Villanueva ha señalado que "gracias al hipertexto y la navegabilidad es posible saltar de un término a otro, ir a buscar el significado de una palabra que no entendemos y hemos encontrado en la definición de otra, localizar todas las expresiones complejas que incorporan una determinada palabra, recuperar todas las entradas en las que figura un verbo transitivo, etcétera. En pocas palabras: manejar un diccionario como una base de datos sin necesidad de conocer el lenguaje de interrogación".

Información precisa

Del mismo modo, ha añadido que la planta digital permite "la inclusión de informaciones como, entre muchas otras, un audio con la pronunciación (o pronunciaciones) de una palabra, el enlace con los corpus textuales para dar ejemplos de uso de una palabra o la frecuencia con que  aparece en un país o un tipo de texto determinados, el vínculo con otros diccionarios relacionados, con enciclopedias, etc". 

Para el máximo responsable de la RAE el ideal para la próxima edición del Diccionario es "conseguir que cada persona que consulte un artículo encuentre la versión que  más se ajuste a sus necesidades y proporcione toda la información que necesita y solo la información que necesita".

Patrocinio cultural

El presidente de Iberdrola ha enmarcado la firma de este convenio con la Fundación pro-RAE en la apuesta por el patrocinio cultural y de colaboración institucional, especialmente este año, en el que se conmemora el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

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A juicio de Ignacio Galán “en todos estos territorios, en los que suministramos energía  a millones de personas y damos trabajo a decenas de miles, somos testigos y también partícipes activos de la pujanza del español y de su uso creciente en todos los ámbitos: comerciales, financieros, tecnológicos y culturales”. Por este motivo, según sus palabras, el acuerdo responde también a la sólida implantación de la compañía en algunos países del continente americano. “Es el caso de México, el primer país hispanohablante del mundo, donde Iberdrola es el mayor productor privado de electricidad; Estados Unidos, donde ya hoy más de 41 millones de personas tienen un dominio nativo del español, y en el que nuestra presencia se extiende por 25 estados; y Brasil, donde el español será la segunda lengua en tan solo una década y donde Iberdrola suministra electricidad a 40 millones de personas”.

Compromiso social

Cabe subrayar que desde hace tiempo Iberdrola apuesta por el patrocinio cultural como uno de los principales ejes de actuación de su política de Responsabilidad Social Corporativa. En este sentido, la compañía colabora en el programa de restauración del Museo del Prado, así como en el proyecto de iluminación de sus salas. También desarrolla proyectos como el Plan Románico Atlántico y el Programa de Iluminaciones de edificios singulares, con casi un centenar de actuaciones en los últimos años. 

En el ámbito de la formación, la compañía entrega anualmente becas y ayudas a la investigación, que pretenden impulsar la preparación de las nuevas generaciones, principalmente en el ámbito de la energía.

Este acuerdo, con la RAE, se enmarca en estas acciones que repercuten en la vida cotidiana de las personas más allá de la propia acción empresarial, como en el caso de la treintena de proyectos sociales a través de las convocatorias que realiza desde 2010 para la lucha contra la pobreza y la exclusión social, así como la ayuda a las personas enfermas y dependientes. Gracias a este programa, con más 25 000 beneficiarios directos e indirectos solo en 2015, se han generado cerca de 150 puestos de trabajo.