Lúa y Carlos llevan más de veinte años en el madrileño barrio de Malasaña. Llegaron a él hace dos décadas. Encontraron un hogar en la plaza Carlos Cambronero y allí siguen desde entonces.

Aunque se pasan media vida en Brooklyn [Nueva York] y eso se nota. Siempre han sido músicos. Pero también parecían condenados a emprender: "Mi familia siempre ha tenido locales en Madrid. Se juntaron la herencia británica con el chocolate de Lúa y la mía cubana con el café y montamos Bombón", explica Carlos.

Su idea parece sencilla, pero no lo es. Buscan los mejores cafés y chocolates del mundo. Los que están elaborados de forma artesanal, respetuosa con las personas y con el medio ambiente, de forma sostenible. Y luego se los ofrecen a su vecinos del barrio y a los muchos visitantes que recorren sus calles.

Producto, servicio y entorno, las tres patas del éxito en el mundo de la restauración. No es de extrañar que se les esté dando tan bien.

Defienden el espíritu malasañero, esa mezcla de buen gusto con un punto macarra, de estar a la última, con un ojo en lo vintage. "En realidad, los del barrio de toda la vida somos los más abiertos al cambio", dice Carlos.

Hablar con ellos es algo así como abrir la Wikipedia del chocolate y el café. Notas de cata, jerga digna de un sumiller de restaurante tres Soles Repsol y una capacidad de recomendación extraordinaria. Basta con decirles tres cosas, para que sepan identificar qué producto es el idóneo para ti.

La prueba está en que en Bombón se juntan las señoras del barrio con "extranjeros y, en realidad, cualquiera que quiera sentarse un rato a disfrutar de un café o un chocolate".

Lúa Ríos y Carlos del Amo, además de Bombón, son los componentes de la banda Gold Lake.

Lúa y Carlos son, además, los integrantes de Gold Lake. Una de las mejores bandas de este país, aunque se prodigan poco por aquí, porque casi todos sus conciertos son en Estados Unidos.

También en esto, cómo no, han conseguido la mezcla perfecta. Hace unas semanas, en la sala Copérnico, demostraron la calidad de su directo, muy diferente al de las bandas locales. Dentro de poco se marcharán otra vez, a terminar su nuevo disco en tierras neoyorquinas. Aunque la mayoría de las canciones las escriben justo encima de Bombón, en el que ha sido su hogar durante dos décadas.

Pero, a la hora de montar su Bombón, se quedaron en el barrio.