La vida de Luis Rubiales, en ocasiones, podría asemejarse a una película. Posiblemente, el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) crea vivir en una de Spielberg o Tarantino, aunque la cruda realidad lo acabe enviando a una de los Monty Python. El pasado jueves, Rubiales organizó un acto en Madrid para presentar su nuevo libro, ‘Matar a Rubiales’. Lo que prometía ser un evento ameno tornó en un film de acción cuando una persona cuya cabeza estaba cubierta con un gorro y unos cascos le lanzó tres huevos al expresidente al grito de “sinvergüenza”.

El Caballero Oscuro

Rubiales esquivó como pudo los dos primeros objetos, giro de 360º incluido, y apartó con su mano el tercero, como si de Neo en Matrix se tratara, justo antes de abalanzarse sobre el agresor. Mientras que el expresidente era frenado por varios asistentes al acto, un actor secundario apareció en escena para sacar al agitador de la sala: Bertrand NDongo. El giro de guion definitivo se dio al conocerse que la persona encargada de lanzar dichos huevos era el tío de Rubiales, Luis Rubén Rubiales. El exmandatario, cuando fue informado de dicha circunstancia al finalizar el evento, declaró que “ha entrado alguien que luego he visto que era un tío mío, un tío carnal mío, que es un hombre problemático, siempre lo ha sido. Venía con unos huevos y me ha tirado unos huevos”.

Rubiales prosiguió su explicación, aclarando que “no sabía lo que tenía en las manos y cuando lo he visto irrumpir, creía que llevaba un arma. He salido rápido corriendo hacia él”. El de Motril, como si del mismísimo caballero oscuro de Gotham se tratase, explicó que “no he pensado en mí, he pensado en una familia que ha venido a verme, una familia que conozco, tiene dos niños, mi amigo Paco, que es de Granada, que tiene dos niños, su mujer con él embarazada, y justo ha ocurrido al lado de él. He temido por los niños y he salido rápido para allá”. Un ‘héroe’ que vivió lo suficiente como para verse convertido en un villano.

El tío de Rubiales fue detenido posteriormente por un presunto delito de daños al dañar una pantalla cuyo valor aproximado era de 20.000 euros. Como no puede existir una buena película sin grandes actores, el pariente del expresidente se ha dedicado al mundo de la actuación y ha trabajado en series como ‘Cuéntame’, ‘El secreto de Puente Viejo’, ‘La que se avecina’ o ‘Amar es para siempre’.

The Wire

Durante su mandato, Luis Rubiales estuvo rodeado de polémica. Una de las que más hicieron tambalear su presidencia fueron las filtraciones de El Confidencial de unas conversaciones con el exjugador del FC Barcelona, Gerard Piqué. Estas giraban en torno al traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí, que garantizaba ingresos de 40 millones de euros libres de impuestos por temporada para la federación. Rubiales fue acusado de desvío de fondos de la RFEF, pero aguantó el envite y no dimitió.

En lugar de eso ‘regaló’ una rueda de prensa surrealista en la que afirmó que “soy una persona sencilla de Motril. Soy diferente al resto, nunca he bebido una cerveza, no fumo... No puedo garantizar que mañana me vayan a meter un saco de cocaína en el maletero. Si hay gente que está dispuesta a sacar mensajes...”. Una trama que parecía sacada de The Wire, con filtraciones, disputas internas o sospechas cruzadas.

Intocable

En esa misma rueda de prensa, el expresidente de la RFEF dejó otra de sus citas para el recuerdo, cuando mencionó que estuvo cerca de no poder jugar al fútbol, al caerse encima suya su hermana: “Estoy en el lado bueno. Soy un luchador. Le voy a contar una anécdota. Teniendo yo un mes, mi hermana se cayó sobre mí y tuve seis o siete fracturas en cada pierna. Mi padre me llevó al médico, 'su hijo va a ser todo menos futbolista'”. Finalmente, Rubiales se convirtió en futbolista profesional, jugando más de 50 partidos en Primera División con el Levante.

El Lobo de Wall Street

Las disputas familiares de Rubiales no solo incumben a uno de sus tíos, sino a dos. Según informó el diario El Mundo en 2022, el exjefe de Gabinete del exmandatario y familiar suyo, Juan Rubiales, denunció ante la Fiscalía Anticorrupción el pago de fiestas privadas con dinero procedente de la federación. Concretamente, se apuntaba a un presunto desvío de fondos destinados a cubrir varias orgias en la localidad granadina de Salobreña.

El evento estaría justificando unas “jornadas de trabajo” que, finalmente, “no fueron tal”. En su denuncia, Juan Rubiales sostuvo que no se trató de ninguna actividad profesional, sino de reuniones privadas con entre ocho y diez mujeres jóvenes “únicamente para disfrute de él y de su equipo más directo”, incluyendo a su amigo, el exfutbolista Nené, “pagándose los gastos con tarjetas empresa de la propia RFEF”. La Federación negó tajantemente esos hechos y los enmarcó dentro de lo que calificó como una “infame campaña” contra Luis Rubiales.

Entre James Bond y Austin Powers

Entre todos los géneros cinematográficos, Rubiales también quiso abarcar el del espionaje. Entre los audios destapados por El Confidencial se encontraban conversaciones que hablaban de supuestas grabaciones realizadas de forma clandestina a ministros y otros cargos del Gobierno de Pedro Sánchez. Un archivo elaborado por el expresidente durante casi un lustro que involucraban a diferentes miembros del Ejecutivo que gobernaba en aquel entonces, formado por el PSOE y Unidas Podemos.

Según ese diario, el contenido de los audios giraba en torno a asuntos especialmente delicados para Rubiales: desde la batalla jurídica por su reelección al frente de la RFEF, pasando por sus tensiones con LaLiga por los horarios del campeonato, hasta la pugna interna con el presidente del sindicato AFE, David Aganzo, o las negociaciones y polémicas alrededor de la Supercopa en Arabia Saudí.

Con todos estos casos, fue finalmente el beso no consentido a Jennifer Hermoso tras el Mundial Femenino en 2023 lo que dinamitó su puesto al frente de la RFEF. Dos años después de aquello y tras ser condenado a pagar 10.800 euros de multa por el suceso, la reaparición de Rubiales no ha dejado indiferente a nadie. Sin embargo, más que todas las películas antes mencionadas, la vida del expresidente bien podría ser la de Brian, con este cantando ‘Always Look on the Bright Side of Life’ mientras su figura pública continúa apagándose de forma irremediable.

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